Ha sido el primer acto oficial en el recinto desde que en diciembre de 2017 la entonces ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, anunció la reapertura del acuartelamiento Sancho Ramírez de Huesca como sede del cuartel general de la División Castillejos, que se trasladará desde Madrid con 700 militares en el 2020. Ayer, el general jefe de la Tercera Subinspección General del Ejército, Jesús Llorente, ha presidido este martes la constitución de la Unidad de Servicios del Acuartelamiento (USAC), que lleva el mismo nombre de las instalaciones.

Llorente ha explicado que se están realizando unas 11 obras de acondicionamiento del cuartel, a cargo de seis empresas y por valor de 2,3 millones de euros. Otros cuatro proyectos están ya licitados. La inversión prevista para la mejora del recinto militar, que se ampliará con 8 hectáreas de suelo, es de 10 millones de euros.

El general ha indicado que, según el calendario establecido, a finales del año 2020 estarán en el Sancho Ramírez todas las unidades que van a trasladarse. Llorente ha recordado que de los dos cuarteles generales de división que tiene el Ejército Español uno estará en Burgos y otro en Huesca. La elección de la capital oscense, ha dicho, estuvo motivada por su ubicación «estratégica». «Hay un campo de maniobras pequeño y próximo que se puede utilizar y el de Zaragoza está a tres cuartos de hora», ha añadido.

La USAC Sancho Ramírez está formada por unas 100 personas. De ellas, 40 están ya incorporadas a su puesto. La unidad está bajo el mando del teniente coronel Amancio Gómez Gauchía, que este martes ha recibido el guión con la insignia de la agrupación de manos de su superior. Ha manifestado que asume su labor «con gran orgullo, a la vez que con la ilusión que genera el inicio de una nueva etapa, no solo para la unidad de servicios que se crea sino también para este acuartelamiento, que a punto estuvo de cerrar y que ahora siente el pulso de una actividad frenética de reformas y mejoras para encarar el futuro».