Bielsa abre el paso por tres pistas forestales y cobra una tasa de 3 euros

Antes estaban cerradas, pero el Ayuntamiento quiere generar un nuevo recurso turístico y mantenerlas en buen estado. La de Ruego, a 2.600 m. es una de las situadas a mayor altitud del Pirineo

Pista de Ruego, una de las situadas a mayor altitud del Pirineo
Pista de Ruego, una de las situadas a mayor altitud del Pirineo
Heraldo

"Las pistas turísticas más espectaculares del valle de Bielsa». Con este reclamo, el Ayuntamiento de Bielsa ha puesto en marcha una iniciativa para abrir al tráfico rodado tres pistas que hasta ahora eran de circulación restringida, con una tasa de 3 euros por vehículo. Los tiques se pueden sacar en una máquina expendedora habilitada en el aparcamiento de entrada a la localidad, y además se ha editado un folleto turístico con las características de cada una donde se invita al visitante a ascender en todoterreno "a promontorios desde los que contemplar, a vista de pájaro, sus montañas», o a descenderlos en BTT o a pie. De esta forma, el municipio se suma a otros de la comarca de Sobrarbe, como Tella-Sin, Broto o Plan, que cobran peaje (también 3 euros) para transitar por algunos caminos que llevan a lugares de interés para mantenerlos en buenas condiciones.

La medida se puso en marcha el 3 de agosto en tres pistas de alta montaña: Ruego, Estiva y Montinier. Estas dos últimas situadas en la zona periférica de protección del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. La normativa del espacio protegido impedía circular por estos caminos sin autorización, de forma que había que tramitar un permiso en el Ayuntamiento.

La de Ruego es una de las pistas del Pirineo que asciende a mayor altitud, hasta los 2.600 metros. La de la Estiva tiene 8 kilómetros y algunos tramos muy estrechos y aéreos. Da acceso a zonas de pastos y ofrece un mirador privilegiado de la cara norte del valle de Pineta y el macizo de Monte Perdido. Por último, la de Montier, de la misma longitud, asciende hasta 1.500 metros, en la cara norte del valle de Pineta.

El hecho de tener que ir a sacar un permiso al Ayuntamiento dificultaba el acceso de los turistas. Según el alcalde, Miguel Noguero, ahora el control se realiza a través del tique, un sistema que tiene el aval de la administración autonómica. Ya se aprobó una ordenanza y la tasa correspondiente, se pidió permiso a las autoridades medioambientales y son los agentes forestales y del Seprona quienes se encargan de velar porque se cumplan las condiciones de acceso.

Noguero justificó el peaje por el elevado coste del arreglo de los caminos. "Nos hemos llegado a gastar 50.000 euros anuales en el mantenimiento. Es un recurso y a la vez se facilita que la gente pueda acceder a esos lugares. La gente tenía la idea de que a la Estiva no se podía subir porque era de uso privado. Ahora la idea es que pueda ir, por eso hemos hecho folletos y los hemos repartido por hoteles y oficinas de turismo. Queremos generar más recursos turísticos en el valle, pero debemos hacerlo a través de una tasa para facilitar mantener los caminos en buenas condiciones», explicó.

Cada vez son más los ayuntamientos con pistas de montaña de acceso restringido por donde solo se puede circular previo pago. La primera con peaje, en el año 2012, fue la del refugio de Lavasar, 14 km que conducen hacia el ibón de Plan. Lo copió al año siguiente el vecino municipio de Tella-Sin en la pista del barranco de Mirabal, uno de los más frecuentados del Pirineo, que se convertía en días de máxima afluencia en un caos. Desde entonces la regulación se ha extendido a otras localidades de la comarca de Sobrarbe.

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