Aprendiendo a volar con el tacto y los oídos

El aeródromo de Santa Cilia organiza actividades para personas con discapacidad visual o ceguera total

Los jóvenes han podido conocer de cerca el funcionamiento de la instalación.
Los jóvenes han podido conocer de cerca el funcionamiento de la instalación.
Aeródromo de Santa Cilia

Unos 50 jóvenes de entre 8 y 17 años, muchos de ellos con una discapacidad visual o ceguera total, participaron el miércoles en una jornada lúdica en el aeródromo de Santa Cilia de Jaca, donde pudieron experimentar en primera persona la sensación de volar. Los escolares participan esta semana en un campamento inclusivo organizado por la ONCE que se está desarrollando en el Instituto de Formación Agroambiental de Jaca, la antigua escuela de capataces. Los chicos y chicas realizaron vuelos sin motor, en planeador y también en avión. Después, disfrutaron de las instalaciones del aeródromo, donde comieron y se refrescaron en la piscina.

La experiencia ha resultado muy positiva, como expresaban los propios participantes. Y hay que tener en cuenta que para muchos de ellos era la primera vez que volaban. Tomaron parte 47 escolares de las comunidades autónomas de Aragón, Navarra, País Vasco y Cantabria. Se trata del cuarto año en que la ONCE celebra esta actividad en Jaca y la primera en que el aeródromo se convierte en escenario del campamento inclusivo.

Salidas a Candanchú, juegos en tirolina y escalada, entre otras propuestas, conforman la programación de multiaventura que viven los participantes durante estos días. Por eso, el aeródromo de Santa Cilia les ha abierto las puertas a todo un mundo de sensaciones: a través del tacto y del oído podían acercarse a la realidad de lo que es una avioneta o, incluso, ponerse a los mandos de un planeador acompañados de instructores del Aeroclub Nimbus.

“Les hace mucha ilusión la posibilidad de volar, ya que muy poquitos los que lo habían hecho antes”, señala el director del campamento, Fernando Moliner. Una experiencia única para estos escolares porque, tal como recuerda su responsable, “en el grupo conviven, por primera vez, niños con discapacidad visual, hermanos e hijos de trabajadores de la ONCE. Esto hace que el grupo esté muy unido y que se vayan ayudando los unos a los otros. Si ven que alguien necesita que le echen una mano, todo el mundo está dispuesto”. Esta es una de las características de este campamento: el compañerismo. “En otros no se nota tanto la unión; aquí, son todos más detallistas, más cuidadosos, y están pendientes todos de que a sus compañeros no les falte de nada”, añade Moliner.

La jornada que albergó este miércoles el aeródromo de Santa Cilia de Jaca se enmarca en el programa de vuelo adaptado que desde hace tres años la empresa Fly Pyr desarrolla en las instalaciones. Cabe recordar que el Aeroclub Nimbus y el aeródromo desarrollan asimismo una labor muy importante de inclusión y con colectivos de personas discapacitadas de distinta índole o con movilidad reducida. Con la participación en el campamento de la ONCE, el aeródromo da un paso más en el campo del vuelo adaptado, una parcela en la que es pionero y se ha convertido en un referente al ser el único de España que dispone de dos planeadores adaptados que permiten a personas con alguna discapacidad, además de volar como pasajero, formarse como pilotos de vuelo a vela.

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