Plan quiere limitar la entrada de visitantes al ibón para frenar la masificación

Este lago de alta montaña, de fácil acceso, no goza de una figura de protección específica

Cartel que informa de la circulación restringida al ibón
Cartel que informa de la circulación restringida al ibón
Rafael Gobantes

La presencia de un surfista navegando por las aguas del ibón ha colmado la paciencia del Ayuntamiento de Plan, que pide una regulación de este espacio de forma que se limite la entrada de visitantes, para poner coto a la creciente masificación. Al mismo tiempo, va a solicitar la presencia constante de un Agente de Protección de la Naturaleza. Pero la voluntad municipal choca con el hecho de que uno de los lagos de alta montaña más bellos del Pirineo carezca de una figura específica de protección.

La aglomeración de turistas era especialmente significativa el pasado fin de semana de San Juan, cuando según la leyenda aparece danzando sobre sus aguas una reina mora. Situado a 1.930 metros de altura, su superficie es de siete hectáreas y está rodeado por el macizo de Cotiella.

"Hay que buscar el procedimiento legal más adecuado", afirma el alcalde de Plan, José Serveto, quien asegura que la propuesta ya se le ha planteado al consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona. El Ayuntamiento ve como un referente el salto de Bierge, donde desde el pasado verano hay una limitación a la entrada de personas.

Curiosamente, el ibón no goza de ninguna figura de protección que pueda evitar tanto la masiva afluencia de personas como el baño en estas aguas de alta montaña. El acceso hasta él es relativamente fácil, ya que se puede llegar en coche hasta el refugio de Lavasar, a una media hora andando del lago. "Se ha hecho mucha promoción y sube mucha gente, pero algunos no respetan nada", comenta el alcalde, que cita el caso del hombre denunciado por hacer 'kitesurf', pero también otras actividades. "Se meten en el agua a bañarse e incluso acampan". José Serveto reconoce que no hay carteles prohibiendo el baño y asegura que el mismo ingeniero de montes del que depende la zona "dice que esto no puede ser, que hay que regular el aforo". "Hay días en los que han pasado 500 personas", aclara.

El Gobierno de Aragón ha confirmado que no goza de una figura de protección como espacio natural, aunque sí está dentro de la zona Red Natura 2000. No está prohibido el baño, a diferencia de lo que sucede en los ibones del Parque Nacional de Ordesa o los Parques Naturales de Posets-Maladeta y Los Valles.

Actualmente, el acceso a los ibones es libre, y en algunos casos facilitados por pistas forestales, muy frecuentadas en verano. Un ejemplo es el ibón de Plan, por lo que está entre los más visitados y es el que más sufre el impacto de las actividades turísticas. En otros, las mejores defensas son la ubicación por encima de 2.000 metros, sin acceso rodado y con nieve casi permanente.

El acceso por la pista que conduce al ibón sí está restringido. La entidad local menor de Saravillo cobra 3 euros a los conductores por llegar hasta el parquin, desde el que solo hay un paseo al ibón. El pasado verano hubo una polémica porque se planteó la posibilidad de convertir el refugio libre de Lavasar, situado en las inmediaciones, en un bar. El expediente salió a exposición pública y un colectivo denominado ‘los amigos del ibón de Plan ’ iniciaron a través de Change.org una campaña de recogida de firmas contra esta posibilidad, ya que consideraban que la instalación de este servicio «supondrá la masificación turística descontrolada».

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