El incendio que se declaró la noche del miércoles a las afueras de Huesca se ha dado ya por extinguido. En él estuvieron trabajando bomberos del Ayuntamiento de Huesca y cuadrillas del Gobierno de Aragón. Las primeras llamas se avistaron sobre las 20.00, entre el polígono industrial Sepes de la capital oscense y la localidad de Quicena.

Había dos focos activos. Uno comenzó en un campo de labor de Quicena y otro en las fincas colindantes al campo de tiro militar localizado cerca del citado polígono. En las tareas de extinción participaron un oficial y seis bomberos del parque de Huesca, junto a medios de la Comunidad Autónoma.

Sobre las 22.00 quedaba algún foco residual, comentó el alcalde de Quicena, Javier Belenguer. Aunque la lluvia que acababa de caer había ayudado a calmar la virulencia de las llamas, los efectivos de extinción también se enfrentaban al viento. "Han ardido varios focos casi a la vez", aseguró Belenguer. "Las llamas asustaban, eran muy altas, y además hay campos sin cosechar que podrían arder". Alabó también la profesionalidad de los bomberos del Ayuntamiento de Huesca y de las cuadrillas de la DGA, "y eso se ve cuando estás cerca de ellos mientras hacen su trabajo, pese a que no siempre tienen los medios necesarios".

En la zona trabajaron tres retenes del Gobierno de Aragón, según la DGA. Los bomberos de Huesca a última hora volvieron al parque y quedaba en la zona un retén de tierra que estaba rematando las labores de extinción en fincas colindantes al campo de tiro. Durante la madrugada se dio finalmente por apagado.