Caminar por el parque Miguel Servet de Huesca sin llenarse de barro ya es posible. Al menos en el tramo que va desde la entrada de Juan XXIII hasta la fuente 8 de marzo. Este vial, de unos 60 metros de longitud ha quedado abierto al paso después de cuatro meses de obras y una inversión de unos 81.000 euros.

La actuación más visible el pavimentado de de hormigón coloreado, con un tono similar al del suelo, que discurre paralelo a la escultura de los Reyes de Aragón y los parterres. No obstante, bajo esta superficie se ha renovado las infraestructuras de saneamiento, riego y electricidad.

Una intervención similar se llevará a cabo en el conjunto de la red de viales de parque, donde abundan los charcos.

El Miguel Servet tiene cerca de 7 hectáreas y cada día los atraviesan más de 13.000 personas, lo que lo convierte en la ‘calle’ más transitada de la ciudad. No obstante, los días de lluvia intensa queda impracticable por el barro. Los principales problemas se producen en la zona más baja del parque, la que linda con la calles Rioja y Vicente Campo, donde se acumula el agua impidiendo el paso.

El jefe del servicio de Medio Ambiente, Francisco Bergua, explica que con las obras que se están llevando a cabo una parte de los caudales torrenciales se desviará para el riego de árboles y plantas y otra, mediante sumideros, se evacuará a los colectores urbanos.

El presupuesto municipal de 2018 tiene consignados otros 246.000 euros para continuar la intervención en este espacio y habrá una dotación similar en 2019.