Recuperado un libro del siglo XVII gracias a un whatsapp

La incorporación de un nuevo documento histórico al archivo municipal de Jaca ha dado a conocer el reglamento interno del Ayuntamiento de esa época

En la foto Blanca Calavera, archivera municipal y Juan Manuel Ramón, alcalde de Jaca, con la nueva incorporación.
En la foto Blanca Calavera, archivera municipal y Juan Manuel Ramón, alcalde de Jaca, con la nueva incorporación.

La adquisición en una subasta por parte del Ayuntamiento de Jaca del libro ‘Ordinaciones Reales de la ciudad de Jaca’, de 1684 ha permitido conocer las ordinaciones u ordenanzas municipales por las que se regía la capital jacetana en ese momento. Este documento se inicia con un prólogo fechado el 29 de abril de 1684, escrito por Pedro Pablo Bonet, Justicia (alcalde) de Jaca en ese año, y a continuación aparece una relación de las ordenanzas ordenadas alfabéticamente.

Se puede decir que es un reglamento interno del Ayuntamiento, ya que regula el funcionamiento del mismo: en cuanto a sus miembros, a los empleados públicos y sus relaciones con la ciudad. En aquella época, el Concejo controlaba muchos de los aspectos de la vida cotidiana, como el arrendamiento de establecimientos, o el reparto del trigo.

Entre las cuestiones más curiosas, se puede leer que en un acto público, nadie se podía sentar entre los miembros del Concejo (corporación municipal) o delante de ellos. De hecho, se regula cómo se deben sentar en los actos. Además se establece el secreto en las deliberaciones, es decir, los temas del ayuntamiento, sólo se podían tratar dentro de éste. Los soldados no podían ser elegidos como miembros del Consejo, y si alguien era descortés con un jurado, podían imponerle una multa.

El Primer Viernes de Mayo también aparece en estas normas que regulaban el funcionamiento del consistorio. Se dice en este documento, que no se podían gastar más de 1.000 sueldos en esta jornada festiva. En cuanto a las relaciones del Ayuntamiento con la ciudad, se regula la inspección a las tiendas, la concesión de licencias para nuevos comercios o los precios de venta. Incluso se regula cómo prohibía el consumo de carne en Cuaresma. Respecto a la muralla, se establece la apertura de puertas, o el arrendamiento de las torres, que nunca podía ser a los franceses.

En cuanto a la organización municipal, regula cada cuánto se ha de realizar Concejo (pleno) y cómo. Establece el funcionamiento del Concejo ciudadano, que estaba compuesto por 24 personas, y también regula la forma de realizar las cuentas municipales, la visita a las mugas de la ciudad, o a la jurisdicción. No se olvida del archivo municipal, ya que según dice "de él depende mucho la conservación del Patrimonio y preeminencia de la ciudad". Y en él, no sólo se custodiaban los documentos, sino también el dinero, aspecto que también se regulaba.

Este libro recoge igualmente las insaculaciones, es decir, a la elección de cargos: forma de proceder para la elección, quién puede serlo, juramento que se ha de hacer según el cargo, dudas que puede haber en la elección, salario y vacaciones de cada uno, etc. Lo mismo ocurre con los empleos públicos como el secretario, alguaciles, obreros, pesadores, mayordomo o el padre de huérfanos. También resultan interesantes las funciones de cada cargo, como por ejemplo, quién era patrón del hospital.

Un documento recuperado gracias a un Whatsapp

La nueva adquisición para el archivo municipal de Jaca ha sido posible gracias a la comunicación de un ciudadano jaqués, que informó al Ayuntamiento a través de Whatsapp de que se iba a subastar un documento relacionado con esta ciudad.

La subasta fue el pasado 19 de abril, en la sala El Remate de Madrid. El precio de salida fue de 700 euros y el final de 850, lo que significa que hubo otras pujas. No obstante, el Ayuntamiento de Jaca fijó unos límites en la subasta, pero finalmente no se alcanzaron. Tal y como ha explicado el alcalde jaqués, Juan Manuel Ramón, en este tipo de ocasiones, el consistorio ejerce el derecho de tanteo, es decir, el derecho de preferencia en la compra frente a otros pujadores. Este derecho fue ejercido por el Ministerio de Cultura en nombre del Ayuntamiento. Una vez finalizada la subasta del lote (haya habido pujas o no), el Ministerio comunica el interés del consistorio en el lote, y ejerce el derecho de tanteo en su nombre y así se queda con la pieza por el precio final de la subasta.

Blanca Calavera, archivera municipal, ha explicado que la edición de este libro se realizó en Zaragoza, en la imprenta de Pascual Bueno en 1684. Tan sólo se hizo una única edición, con muy poca tirada ya que estaba dirigida a los miembros del Concejo del año 1683, lo que le convierte en un ejemplar "raro". Sólo se conoce otro ejemplar en la Real Academia de Historia.

Calavera ha apuntado que se desconoce donde se encontraba anteriormente el libro, y que se ha descubierto gracias a la subasta, ya que hasta entonces no se tenía conocimiento de él. Además cuenta con un estado de conservación "muy bueno", debido a que fue sometido a un proceso de restauración que se puede apreciar en las hojas interiores "donde se ven injertos de papel en los lugares donde se había perdido". Las cubiertas son de pergamino.

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