Se reabre después de un mes la carretera de Ordesa
El principal acceso al Parque Nacional, cortado por riesgo de aludes, vuelve a ser transitable en vísperas de las vacaciones de Semana Santa
Ayuntamientos y empresarios turísticos del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido temían que el corte de la carretera entre Torla y la Pradera, que se prolonga desde hace casi un mes debido al peligro de aludes, se mantuviera durante las vacaciones de Semana Santa, cerrando el paso a los miles de turistas que estos días se dan cita en el espacio protegido. Sin embargo, la Dirección General de Carreteras de la DGA anunció el lunes que se reabriría al tránsito, una decisión que ha hecho efectiva a primera hora de la tarde de este martes. Eso sí, será una apertura condicionada a las nevadas que puedan caer en próximos días.
La A-135, entre el puente de los Navarros y la Pradera, permanecía cerrada desde el 28 de febrero, pese a ser la principal puerta de entrada al espacio protegido, por donde transitan los autobuses lanzadera desde Torla. Los ayuntamientos afectados no habían dicho nada ante el prolongado cierre, esperando que acabara pronto, pero la Semana Santa se acercaba y todo seguía igual.
El director general de Carreteras de la DGA, José Gascón, ha aclarado que la previsión es que se mantenga abierta "en la medida de lo posible». Hay avisos de nuevas nevadas a partir del miércoles o jueves y en función de la evolución meteorológica, «nos podemos volver a encontrar con que tenemos que cortar los accesos». «Vamos a abrir, vamos a hacer un especial seguimiento. Si hay suerte, se quedará abierta y si las condiciones meteorológicas, más bien hacia el fin de semana, obligan a ello, se cortaría, porque debemos primar la seguridad», ha declarado.
José Gascón justifica el corte de 27 días porque, a diferencia de los accesos al balneario de Panticosa o a Los Llanos del Hospital, en Ordesa no existen estaciones meteorológicas, la toma de datos es más complicada y en consecuencia resulta más difícil tomar decisiones. «Es complicado cerrar, porque tiene unas repercusiones económicas, pero también abrir porque debe primarse la seguridad», ha señalado el responsable de Carreteras.
Antes de conocer la decisión sobre la reapertura, el alcalde de Torla mostraba su preocupación «porque toda una comarca depende de esto». Según Miguel Villacampa, el municipio ignora «con qué criterios se corta esta carretera. Hay muchos carteles que indican todos los problemas posibles, pero no sabemos si se han hecho estudios nivológicos».
A su juicio, existen otras soluciones para garantizar la circulación sin descuidar la seguridad, que pasan por mantener un servicio de vigilancia junto a la zona más conflictiva. «Hay lugares donde los aludes caen todos los años, pero no es este el caso», ha asegurado, convencido de que se puede compatibilizar la seguridad con la visita.
Para ello, ha propuesto a la Dirección General de Carreteras que se coloque una persona en la zona de la avalancha, ya que, no es habitual que se desencadene allí un alud. Está previsto tratar este asunto este martes, sobre el terreno, con la presencia también del director del Parque Nacional.
Villacampa se ha mostrado satisfecho de que se haya decidido reabrir la carretera. Y es que su ayuntamiento ya ha contratado los autobuses para ir a la Pradera desde el jueves.
La situación de los accesos resulta especialmente preocupante para el sector turístico teniendo en cuenta que otra de las principales vías de entrada al espacio protegido, a través del cañón de Añisclo (HU-631), también está cortada, desde hace casi un año, por los problemas detectados en uno de los túneles.
