Los opositores al embalse de Biscarrués critican el anuncio de un nuevo estudio de impacto ambiental

La Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos ha criticado este martes el reciente anuncio de la ministra de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, de redacción de un nuevo estudio de impacto ambiental para el proyecto de embalse.

En un comunicado, los afectados consideran que la decisión constituye un "grave desprecio" en relación a una sentencia de la Audiencia Nacional que se apoya en la Directiva Marco del Agua para desestimar, afirman, "cualquier actuación que suponga el deterioro de una masa de agua en buen estado".

Tras advertir que el proyecto afectaría a un tramo en buen estado del río Gállego, destacan que la elaboración de un nuevo estudio de impacto supondría "una nueva malversación de dinero público".

Reiteran, a este respecto, que sobre el proyecto pesa "una demoledora sentencia de la Audiencia Nacional, que anula el proceso de información pública del anteproyecto y los derivados procedimientos posteriores".

Esta organización considera, además, que para la provincia de Huesca supone un "importante agravio" que cada año se incluya una partida en los Presupuestos Generales del Estado para Biscarrués que no se llega a ejecutar.

Denuncian, que en los sucesivos proyectos presupuestarios no aparecen las "partidas necesarias" para la descontaminación por lindano que sufre el río Gállego.

"Sobre esta problemática -subrayan-, que hipoteca absolutamente el futuro desarrollo tanto de actividades agrícolas, como ganaderas o de cualquier otra índole, el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente ni siquiera se ha implicado técnica ni económicamente".

A juicio de la plataforma, es "absurdo e ilógico" destinar de forma reiterada dinero público a un proyecto que "no es capaz de superar ni el más mínimo análisis de coste-beneficio y que, además, produciría un desastroso impacto económico y social en su entorno".

Consideran sus responsables que el Pacto del Agua de Aragón, redactado hace 26 años, está "obsoleto por definición" ya que las supuestas avenidas del Gállego que en él se establecían como "necesarias de controlar" se basan en estudios climatológicos cuya proyección no es válida para horizontes más allá de los 30 años.