Poleñino: De Torres-Solanot a Almodóvar

El director de cine hizo la primera comunión en esta localidad oscenses el 15 de mayo de 1958.

El recordatorio de la comunicón de Pedro Almodóvar en Poleñino (Huesca).
El recordatorio de la comunicón de Pedro Almodóvar en Poleñino (Huesca).

El otro día, en una lifara en Huesca, les canté a los amigos oscenses una copla de jota bien conocida por los aficionados:

El cura de Poleñino

fue a festejar a Grañén,

le cortaron los cojones ???

y se le estuvo muy bien.

Y es que Poleñino no ha pasado nunca inadvertido. Destaca en él la figura de Antonio Torres-Solanot, nacido accidentalmente en Madrid pero originario como toda su familia de allí. Era aristócrata -fue el segundo vizconde de Torres-Solanot- y un rico hacendado, pero representó siempre la tradición liberal. Su tío abuelo Valentín Solanot fue en 1821 uno de los diputados que defendieron la abolición de los diezmos y su padre, Mariano Torres Solanot, corresponsal en Huesca de la Academia de la Historia y ministro de la Gobernación con Espartero entre 1842 y 1843. Participó en política con los republicanos –llegó a ser el secretario de la Junta Revolucionaria de Huesca de 1868 que expulsó al obispo de la diócesis y durante la Restauración militó en el Partido Democrático de Ruiz Zorrilla-, fue accionista de la Institución Libre de Enseñanza y uno de los fundadores en 1867 de El Alto Aragón, el periódico progresista que tanto se habría de destacar en la defensa de los intereses altoaragoneses y en el que colaboraba habitualmente Joaquín Costa. Pero por lo que se recuerda hoy a Antonio Torres-Solanot es por su extraordinaria influencia en el campo del espiritismo español. Editó periódicos y promovió sociedades espiritistas y desde 1872 fue presidente de la Sociedad Espiritista Española. Ser la cabeza visible de los espiritistas en España en el siglo XIX es una distinción tan insólita que sólo por eso nuestro Torres Solanot debería incorporarse al elenco de los aragoneses más raros de todos los tiempos. Su libro más importante es Preliminares al estudio del espiritismo. Consideraciones generales respecto a la filosofía, doctrina y ciencia espiritista, publicado en Madrid en 1872. Es muy difícil de encontrar, como el resto de los suyos: Cruz Orós, la mujer de su hermano Gaspar, mandó quemar a su muerte las librepensadoras y anticlericales obras de su heterodoxo cuñado.

Durante la guerra civil la casa-palacio de los Torres-Solanot en Poleñino se reconvirtió en hospital militar de las Brigadas Internacionales que estaban destinadas en el frente de Huesca. Allí estuvieron soldados, médicos y enfermeras de muchos países y, entre estas últimas, la australiana Agnes Hodgson, que escribió un precioso diario, A una milla de Huesca, que publicaron el Rolde de Estudios Aragoneses y las Prensas Universitarias de Zaragoza, en edición de Judith Keene y Víctor Pardo Lancina, con prólogo de Gabriel Jackson. Ese libro le dio a Poleñino una dimensión internacional e hizo que se le conociera mejor entre todos los estudiosos -que no son pocos- de la guerra civil española.

Y por si esto fuera poco, Heraldo de Aragón publicó el 23 de abril de 2000 el recordatorio que demostraba que Pedro Almodóvar hizo la Primera Comunión en Poleñino el 15 de mayo de 1958. La familia Almodóvar debió de llegar a Poleñino hacia finales del verano de 1957 en busca de trabajo y allí “el niño Pedrito Almodóvar Caballero recibió por primera vez el Pan de los Ángeles”.

En un pueblo con tanto ajetreo intelectual, no es de extrañar que el pobre cura se fuera a Grañén a relajarse un poco.

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