De Ansó a Zuriza, una vía turística y ganadera

La HU-V-2024 tiene multitud de usos, por lo que el reto es mejorar su seguridad.

El problema de la carretera es su estrechez. Las obras mejorarán la seguridad.
De Ansó a Zuriza, una vía turística y ganadera
Heraldo

Pese a ser una carretera de montaña, los 14 kilómetros de la HU-V-2024, entre Ansó y Zuriza, soportan un importante volumen de tráfico. Conducen a un campin de 500 plazas, un refugio de montaña de 90, unas pistas de esquí de fondo y a las populares bordas donde numerosos turistas paran para comer migas de pastor. Desde aquí se cruza al valle navarro de Roncal y a Francia, por lo que para los ansotanos es la comunicación más directa con el vecino país. "Tiene muchos usos: turistas, ganaderos, seteros...", afirma la alcaldesa, Montse Castán.

El principal inconveniente es la estrechez y el reto, mejorar la seguridad. Incluso cuando hay nieve es necesario limpiarla y abrirla, por las pistas de fondo de Linza y porque la utilizan también aficionados al esquí de travesía, aunque no es fácil que la máquina quitanieves se cruce con un coche. Por ello, las actuaciones de la Diputación de Huesca, que financia la obra, van encaminadas a ensanchar la vía y a construir apartaderos. "No es una gran actuación, pero sí se retoca para mejorar la seguridad, que es lo fundamental", señala Castán.

Los turistas no son los únicos usuarios. Los ganaderos del valle, con un censo de 9.000 ovejas y 700 vacas, la utilizan en verano para acceder a los pastos de alta montaña. Por aquí pasan los transportes de ganado y de pienso y sirve para el desplazamiento diario de los cuidadores de los rebaños, explica Félix Ipas, de familia ganadera. "La carretera se diseñó hace un siglo y en invierno tenía muy poco uso, pero ahora con el turismo, cada vez hay más tráfico. En unos años, se ha multiplicado por cinco o por seis, con negocios que abren todo el invierno", señala. La HU-V-2024 es el paso más occidental a Francia del Pirineo aragonés, y potencial vía de entrada de turistas de Navarra y del vecino país.

Entre los negocios a pie de carretera están tres bordas donde se sirven las migas más famosas del Pirineo. Natalia Galé, de la borda Chiquín, se muestra satisfecha por las obras de ensanchamiento porque evitarán tener que parar y dar marcha atrás cuando se cruzan dos vehículos. Y es que los restaurantes abren también en invierno, los fines de semana, puentes o en vacaciones. Comenta que a los turistas que vienen de la ciudad les dan respeto estas carreteras "porque no están acostumbrados".

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