Lluvia y nieve, peligrosa combinación

El centro A Lurte ha registrado diez aludes en los últimos días por las abundantes precipitaciones.

Fotograma del vídeo en el que se ve el deslizamiento de nieve en el pico Salvaguardia.
Alud por nieve húmeda en Benasque.

La lluvia y la nieve no son una buena combinación, y así lo demuestra el alud que el pasado jueves se registró en el pico Salvaguardia, en Benasque, y que unos aficionados recogieron, convirtiéndose en viral en pocas horas. Pero no se trata de un hecho aislado, aunque no siempre haya un teléfono móvil cerca dispuesto a inmortalizar el momento, sino que en los últimos días el centro A Lurte, referencia en el Pirineo en el estudio de la nieve y los aludes, ha registrado una decena de estos. La causa de los deslizamientos es clara, según explica Rocío Hurtado, una de las responsables del centro, que señala a las intensas precipitaciones como factor determinante, acompañadas de las altas temperaturas de las últimas jornadas. “El manto de nieve gana mucho peso con el agua y pierde cohesión, generando este tipo de avalanchas húmedas”, comenta la experta nivóloga.

Además de leer el boletín que informa del riesgo de aludes y en el que no suele haber lugar para la duda de si existe un riesgo real, Hurtado explica que si en el momento de caminar se detecta que un gran hundimiento en una nieve de mala calidad -la denominada como 'pescadería'-, existe en cualquier zona con pendiente la posibilidad de un deslizamiento. La magnitud de este variará entre el nivel 1 (que no puede enterrar a una persona pero sí causarle daños), el nivel 2 (que sí puede enterrar a un individuo), y el nivel 3 (que llegaría a arrastrar un coche, camión o incluso una cabaña de pequeño tamaño). Entre la decena de aludes que se han registrado en los últimos días, Rocío Hurtado explica que hay de todo tipo, incluso dos de tipo tres. “Respecto a las zonas, no hay distinción entre vertientes ni cotas, ya que dependen de las lluvias, y eso llega a todos los lugares igual”, añade.

Generalmente se apunta que las avalanchas húmedas suelen ser más lentas que las de otro tipo, la nivóloga señala que el riesgo sigue siendo grande. “Se dice que no son tan rápidas porque una avalancha con efecto aerosol puede alcanzar los 300 kilómetros por hora, y en este caso estaríamos hablando de unos 80 o 90, pero sigue siendo una velocidad considerable, y que no es fácil ni mucho menos esquivar”, apunta, remitiendo precisamente al vídeo del pico Salvaguardia, en el que se observa la intensidad con la que la nieve se desliza.

No obstante, en las registradas en los últimos días no ha habido que lamentar ninguna consecuencia ni personal ni material, “no han llegado a carreteras ni construcciones, ya que eran todas en alta y media montaña”, comenta Hurtado, aunque señala que el cambio de precipitaciones del fin de semana hace que el riesgo siga estando presente, aunque se modifique el motivo. “Se pasará de la posibilidad de avalancha húmeda por avalancha por acumulación, ya que se esperan hasta espesores de 70 centímetros en 24 horas”, dice, en referencia a este fin de semana.

Porque esas copiosas nevadas aumentarán el peligro de aludes en el Pirineo, hasta el punto que hay una prealerta meteorológica por esta causa. En la Jacetania, donde se esperan precipitaciones más intensas, es donde se supera el umbral del aviso. Por ello, este viernes la Aemet elevó en de notable (nivel tres sobre una escala de cinco), a fuerte (cuatro) por encima de 1.800 metros en esta comarca y de 2.200 metros en la del Alto Gállego y Sobrarbe.

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