Un corto sobre la sequía le da a la oscense Gala Gracia el primer premio en el festival de Villeurbane

‘El color de la sed’ ha recibido varios reconocimientos en certámenes especializados.

La realizadora aragonesa Gala Gracia, con una de las 'protagonistas' de su cortometraje.
La realizadora aragonesa Gala Gracia, con una de las 'protagonistas' de su cortometraje.
Chus Fenero

“Francia es la cuna del cine, por lo que todo premio que llegue de allí tiene especial transcendencia”, dice con emoción la joven directora oscense Gala Gracia, que recientemente conseguía el premio al mejor cortometraje en el Festival du Film Court de Villeurbanne, en la localidad de Lyon. En 21 minutos de cinta, Gracia cuenta una historia que ella misma define como poco común, ya que el protagonista es un ganadero que se enfrenta a la sequía y los efectos de esta sobre su rebaño de ovejas, a la que ha titulado ‘El color de la sed’.

“Generalmente los cortos de ficción suelen tener una temática muy urbana, por eso puede llamar la atención el mío, porque es un tema rural, con un fondo social”, dice su directora, que precisamente apunta a ese punto social como una de las claves de su triunfo en Francia, donde se impuso a más de 1.600 trabajos presentados. Aunque ‘El calor de la sed’ también fue reconocido como el mejor corto de ficción en el Festival de Cortos del Medio Rural en Urrea de Gaén, Teruel; como el mejor guión en  el Festival Corto Cortísimo y mereció las distinciones a mejor fotografía (Daniel Vergara), sonido (Leo Dolgan) y montaje en el certamen de Fuentes de Ebro. Precisamente fue en la localidad zaragozana donde se inició el recorrido del corto, ya que apunta su directora, “los comienzos siempre son difíciles, aunque poco a poco ha ido cogiendo más ritmo”.

Gala Gracia extiende todos estos galardones a todo el equipo que le acompañó en el rodaje, que se llevó a cabo en la localidad de Quicena y en la finca Torresecas, próxima a la capital oscense. En él destaca Daniel Vergara como productor y director de fotografía, o Estela Rasal, de directora de producción. “El equipo era casi en su totalidad de Huesca”, apunta Gracia.

Fueron cinco días de intenso rodaje, en los que además contaron con la presencia de diferentes ganaderos, que aconsejaron al actor e incluso prestaron a sus animales para que aparecieran en la película. En el caso de la directora, la temática le quedaba cercana, ya que su familia posee una explotación de ovino ecológica. “Muchos de los ganaderos que nos ayudaron estuvieron presentes en el primer pase del corto –que se llevó a cabo en la Diputación de Huesca-, y me agradecieron que hubiera contado una historia así, tan próxima para ellos”, relata Gracia, consciente que su texto se entiende mucho mejor en zonas rurales. Además, y aunque el guión y el propio rodaje datan de hace más de un año, la historia y la problemática que se relata en el filme sigue muy vigente más de doce meses después.

Gracia confía en que la cinta pueda seguir teniendo recorrido en otros certámenes, aunque piensa ya en el siguiente guión. “Es una historia intimista, nada que ver con ‘El color de la sed’, sobre una niña que pasa su primer fin de semana con su padre tras el divorcio”, adelanta Gracia, que reside habitualmente en Barcelona. Se dedica allí a la producción y realización, ligada tanto al mundo del cine como de la publicidad.

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