Raquel Rodríguez, la actual directora del Camping Boltaña, lleva toda una vida dedicada al sector. Creció en un campin de playa que regenta en la actualidad su padre, pero su sueño -dice- siempre había sido el de tener un camping pequeño de interior, donde el trato y el trabajo a nivel familiar fuesen mucho más fácil para la conciliación.

"De niña había veraneado en el Sobrabre y guardaba muy bien recuerdo de la zona. Cuando nos enteramos a través de un cliente del campin de mi padre de que se vendía el Camping Boltaña, no nos lo pensamos. Creo que el destino quiso que estuviéramos aquí", confiesa emocionada tras recibir este jueves el galardón al mejor 'Camping familiar' de España.

Raquel Rodríguez, directora del Camping Boltaña, y su marido, Yasser Kandjaa, en la entrega de premios.

Este premio, que entrega con motivo de su 40 aniversario la Federación Española de Empresarios de Camping, asegura que no es solo para el establecimiento turístico que regenta desde hace cinco años, sino "para toda la zona del Sobrarbe, una comarca que trabaja unida para ofrecer un turismo de calidad en una región que lucha cada invierno contra la estacionalidad.

"Boltaña es una población muy bonita, pero aún desconocida fuera de Aragón, donde empieza a despuntar. El problema que tenemos sobre todo aquí en la comarca es que al estar lejos de pistas de esquí, tenemos dos meses -enero y febrero- que son complicados. Debemos seguir luchando para darle la vuelta a esos meses de tantísima parada en los que no podemos afrontar los gastos de tanto personal", explica Rodríguez.

Una imagen del Camping Boltaña, en el Pirineo aragonés.

En la actualidad, en el Camping Boltaña trabajan diez personas, pero en los meses de verano son más de 33 en plantilla. "Este año ha sido el que más personal hemos tenido, porque la campaña ha aguantado hasta finales de septiembre, algo que es complicado en un lugar tan estacional", subraya la directora, quien prepara ya la campaña del puente de diciembre para atraer más visitantes al campin y generar en consecuencia más puestos de trabajo. Su estrategia para combatir la estacionalidad se centra en ofrecer escapadas familiares, en las que "al menos durante dos días las familias puedan salir de la ciudad, subir al Pirineo y disfrutar padres e hijos" de todos los servicios que ofrece el campin y también la zona. "Ahora ya es un lujo estar aquí, tenemos hasta fibra óptica", bromea esta catalana felizmente afincada en el medio rural aragonés con su marido y sus hijos (Omar, de 12 años; y Rayan, de 8), que van al colegio de Boltaña. Ellos -relata- se han convertido en sus 'musas' y le dan a menudo  ideas que luego ofrece a las familias. "Aquí somos muy felices; además de trabajar con mi marido en lo que me gusta, puedo comer y cenar con mis hijos, que esas cosas cuando eres madre se valoran mucho. Poder compartir esos momentos familiares para nosotros es muy importante y, además, este es un ambiente que te permite hacer amigos de todos los sitios", confiesa Raquel.

Para esta familia, el premio y todos los agradecimientos que les llegan estos días de otros compañeros y vecinos son un revulsivo para seguir ofreciendo cada año nuevos valores añadidos en este pequeño campin del Sobrarbe. "El mero hecho de ser finalistas ha sido ya todo un logro para nosotros porque no imaginamos que fuéramos a ganar, pero estas cosas te hacen ver que vale la pena luchar por mantener vivo el turismo muchos meses. Tenemos un Pirineo increíble y hay que saber moverlo", dice ilusionada por un proyecto que promete para esta familia un "viaje lleno de sueños por cumplir en Boltaña".