La lluvia no alivia la sequía pero causa inundaciones en la provincia

El valle de Pineta marcó el récord de Aragón con más de 100 l/m2 y muchas poblaciones recibieron cerca de 80. Los pronósticos de las tres próximas semanas anuncian pocas precipitaciones.

Una fuerte tromba de agua anega las calles del centro de Barbastro
Una fuerte tromba de agua anega las calles del centro de Barbastro

Casi tres semanas después de recibir las últimas precipitaciones importantes, Aragón agradeció ayer la llegada de las lluvias aunque en algunos puntos de Huesca descargaron en forma de tromba provocando inundaciones. Aun así, no hubo que lamentar daños importantes. También la nieve volvió a teñir de blanco las cumbres por encima de 2.500 metros del Pirineo.

Desde la Aemet aseguraron que fue un episodio "típicamente otoñal" y confirmaron, además, que las lluvias no aliviaran apenas la pertinaz sequía ya que la siguiente borrasca anunciada para el sábado llega "muy débil" y dejará muy poca agua, y los pronósticos apuntan a que en las próximas tres semanas se esperan "pocas precipitaciones relevantes a efectos de sequía", explicó Gonzalo Sanz, del Grupo de Predicción y Vigilancia.

El valle de Pineta, a 1.250 m, marcó el récord de la jornada superando los 100 litros por metro cuadrado, lo que originó la formación de torrentes aunque sin provocar problemas, según Miguel Ángel Noguero, el alcalde de Bielsa. Esta fue la también población que recibió más agua de todo Aragón con 60 litros según los pluviómetros de la Aemet, aunque las estaciones de la CHE registraron entre 50 y 75 litros en numerosos puntos de Sobrarbe y de Ribagorza. Una lluvia que "viene muy bien para hidratar la tierra antes de que lleguen las nieves", explicó Noguero.

Los pronósticos de la Aemet, que había activado un aviso por fuertes lluvias en la provincia de Huesca y en la comarca zaragozana de las Cinco Villas, se cumplieron. Y aunque el agua apareció desde primeras horas de la mañana en toda la comunidad, los problemas llegaron a partir de media tarde, cuando las tormentas se volvieron torrenciales especialmente en la zona norte.

La calle ‘Rioancho’

Una de las localidades que sufrió los efectos de esta borrasca fue Barbastro. La calle General Ricardos recuperó por unas horas la popular denominación de ‘Rioancho’, un sobrenombre puesto desde el pasado siglo XX tras las riadas que se generaban repetidamente por la arteria principal de la capital del Somontano en épocas de intensas lluvias.

Ayer, entre las 14.00 y las 17.00, una tormenta descargó una gran cantidad de agua que bozó alcantarillas y anegó la calle General Ricardos y parte de Corona de Aragón. Fue un auténtico diluvio, que según los datos de la Aemet, descargó más de 30 litros.

El agua alcanzó unos 20 centímetros de altura y los bomberos del parque del Somontano tuvieron que realizar trabajos para desaguar las alcantarillas. La centralita de la Policía Local también recibió varias llamadas alertando de las zonas encharcadas, si bien no consta ningún daño relevante por inundaciones en viviendas, locales comerciales o garajes. Sobre las 17.00, la circulación volvió a ser fluida y estas calles del centro, de gran actividad comercial, volvieron ala normalidad.

Temor por la maleza del río

En el Bajo Cinca, las incidencias fueron mínimas salvo en Ballobar, donde el agua cubrió las calles ante la incapacidad de las alcantarillas de absorber los 60 litros caídos. De igual modo, el barranco, que recoge las aguas pluviales, estuvo cerca de rebosar, según explicó la alcaldesa, Esther Saló, que mostró su preocupación por la evolución del río Alcanadre. Y es que la zona urbana está repleta de maleza y vegetación, debido a la falta de limpieza, lo que podría provocar "problemas" durante los próximos días, especialmente en las zonas de huerta o explotaciones cercanas al cauce. "A pesar las reiteradas solicitudes, la CHE sigue sin limpiar la zona y ahora mismo, nos preocupa que pueda haber pequeñas inundaciones", señaló.

Ribagorza fue otra de las comarcas que más agua recibió y además vino acompañada de fuertes rachas de viento. Todo ello provocó pequeños desprendimientos en las calzadas, aunque sin incidencias graves. En Graus, el agua acumulada en algunas zonas del casco urbano, como la de la rotonda de la glorieta de Joaquín Costa o el puente de Capella, creó pequeñas badinas que fueron desapareciendo cuando las bocas de las alcantarillas pudieron asumir el chaparrón.

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Fuertes lluvias en la provincia de Huesca

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