Obras para reparar las fisuras en el depósito de agua del casco antiguo de Huesca

Los trabajos tienen un coste de 35.344 euros y un plazo de ejecución de cinco semanas.

El depósito de agua tiene una altura de 35 m en la cúspide y está en la calle General Alsina
Obras para reparar las fisuras en el depósito de agua del casco antiguo de Huesca
Heraldo.es

Estaba llamado a desaparecer tras la puesta en marcha del sistema de abastecimiento de agua construido en 2005 en las Lomas de Cillas, pero el depósito de agua elevado del casco antiguo de Huesca se mantiene como un elemento intocable y a la vez identificador del entorno. Continúa en funcionamiento, a pesar de que la presión de agua a esta zona de la ciudad está garantizada con la nueva toma.

El Ayuntamiento de Huesca acometerá en los próximos días las obras de reparación y refuerzo de los pilares de esta mole de hierro y cemento, con capacidad para almacenar un millón de litros de agua. Está situado en la confluencia de las calles General Alsina y Desengaño, cerca del antiguo Seminario. El depósito, construido en 1955, se sustenta sobre ocho columnas que presentan daños en el recubrimiento de hormigón de la parte baja, lo que merma la seguridad de la misma, informaron fuentes municipales. Además, se observan fisuras en la unión de las pilastras con los travesaños en el primer nivel desde la cimentación.

La intervención proyectada pretende subsanar estas deficiencias. Para ello, se reforzarán los pilares y se recuperarán las armaduras de las zonas superiores de encuentro de las columnas con los travesaños mediante la limpieza, reparación, refuerzo y protección del hormigón. Los trabajos tienen un coste de 35.344 euros y un plazo de ejecución de cinco semanas.

Rehabilitación como mirador

Hace aproximadamente una década, el Ayuntamiento de Huesca apostó por convertir este depósito, con una altura de 35 metros en la cúspide, en un mirador de la ciudad, al que se que se accedería con un ascensor. La idea partió del arqueólogo Antonio Alagón y del arquitecto Miguel ÁngelCampo, que propusieron un proyecto para aprovechar la situación estratégica de este enorme aljibe (250 toneladas de cemento y 68 de hierro). El Plan Urban 2007-2013 incluso contemplaba una partida de 500.000 euros para su integración en la zona y su rehabilitación. El objetivo era convertirlo en punto de atracción turística además de mejorar la imagen del casco histórico, donde edificaciones emblemáticas conviven con este elemento.

Finalmente, este dinero y el de otras partidas se destinó a distintos proyectos, como la peatonalización del centro. No obstante, se encargó a una empresa de Madrid un estudio sobre su estado con el fin de determinar sus patologías y evitar fueran a más.

Según los datos que recabaron Alagón y Campo, el depósito se inauguró el 18 de julio de 1955. Ese año, la ciudad contaba con 23.286 habitantes. Se construyó para solucionar uno de los graves problemas de la red de abastecimiento de agua, la falta de presión, lo que dificultaba el suministro a las edificaciones en altura que por entonces empezaban a proliferar en el casco antiguo de Huesca.

Primero se pensó ubicarlo cerca del Ayuntamiento, entre la plaza de San Bernardo y la calle de Dormer, a unos 19 m altura, pero se desechó esta opción porque «afeaba» el entorno de la catedral. Se empezó a levantar en 1954, según un diseño del ingeniero Mariano Aísa y a partir de un proyecto redactado en 1927. La obra, financiada por la Dirección General de Regiones Devastadas, costó 1,5 millones de pesetas (unos 9.000 euros hoy).

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