La DGA confirma tres ataques a rebaños de la osa Sarousse y analiza otros dos casos

El número de incidentes se ha reducido respecto a otros años mientras la Fundación Oso Pardo advierte del retroceso de la población en el Pirineo occidental.

Una imagen de Sarousse captada por las cámaras de control de la población osera.
Una imagen de Sarousse captada por las cámaras de control de la población osera.
DGA

La escasa población de osos pardos en el Pirineo aragonés ha hecho que se reduzcan notablemente los ataques a rebaños, hasta el punto de que esta temporada solo hay confirmados tres, a falta todavía de que comience el periodo de hibernación. Todos se han producido en la comarca de la Ribagorza y se atribuyen a Sarousse, el único ejemplar que permanece de forma estable en la Comunidad autónoma. De otro de los osos, Canelito, hijo de la última hembra autóctona pirenaica, hace casi un año que no se tienen noticias.

El servicio de Biodiversidad del Gobierno de Aragón ha comprobado tres ataques a rebaños, en cada uno de los cuales ha muerto una oveja, y está analizando otros dos. Según los técnicos de ese área, dependiente de la consejería de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, son "muy pocos", aunque para el ganadero que los sufre implican un importante contratiempo. En total, ha habido cinco bajas de ovejas, una por cada incursión, que la administración compensará con una indemnización de 500 euros por animal.

Todos han ocurrido en la parte oriental del Pirineo y todos son atribuidos a Sarousse, una hembra nacida en Eslovenia hace 18 años que tiene su área de campeo en la Ribagorza. Fue liberada en Francia en 2006 pero en 2010 se trasladó a la vertiente sur, instalándose en el macizo del Turbón. Es la única que está permanentemente en Aragón. Según los técnicos de Biodiversidad, las cámaras de seguimiento han permitido ver que come abundantes frutos silvestres. "Se la ve muchas veces sentada en sitios donde hay manzanos silvestres, cerezos…", explican.

En el Pirineo occidental, donde otras veces se han producido también ataques, no ha habido este año ninguno. Sí se han producido avistamientos de Neré, un macho de 20 años que se mueve entre los valles de Aspe y Ossau, en Francia, pero que hace incursiones por los valles de Roncal (Navarra), Ansó, Hecho, Aragüés y Aísa. Teóricamente, Aragón y Navarra comparten con Francia también a Canelito, hijo del anterior, pero según Biodiversidad, hace tiempo que no se tienen noticias de él. "Hace casi un año que no sabemos nada de él, ni en el lado español ni el francés. De todas formas es un animal muy discreto, no suele ser dado a ataques", aclaran.

Todavía no ha comenzado la hibernación, que depende de factores meteorológicos, la disponibilidad de alimento y las características individuales de los animales salvajes, pero de momento este año ha habido la mitad de ataques a rebaños que el anterior, cuando se contabilizaron 10, y en 2015 fueron seis.

Abocado a la extinción

La escasa población de osos de Aragón contrasta con la de Cataluña, donde hay más de 30. Para la Fundación Oso Pardo, la situación del Pirineo occidental es "una asignatura pendiente", ya que, entre Navarra y Aragón, van envejeciendo los dos únicos machos que habitan esas montañas y la especie está abocada a la extinción. Destaca que Canelito es el único oso vivo que conserva los genes de la población original, pues es hijo de la última hembra autóctona. En su opinión, habría que volver a impulsar la iniciativa de reforzamiento con hembras, tantas veces planteada en los últimos tiempos.

Los responsables de Biodiversidad de Aragón reconocen que los dos osos van envejeciendo y los dos son machos, por lo que cualquier opción de recuperar la población pasaría por la reintroducción, pero esto necesita un acuerdo social. "Es algo en lo que de momento no se piensa. No queremos repetir las experiencias que en su momento se produjeron en el lado francés", señalan, donde provocó una gran contestación.

En la parte oriental, por el contrario, con una hembra, existe la posibilidad de que lleguen animales reintroducidos del valle de Arán. "El año pasado y este ha habido incursiones esporádicas, y a medida que la población osera vaya creciendo, es posible que venga algún oso al Pirineo aragonés", explican desde el Gobierno de Aragón. Admiten que teniendo en cuenta el importante censo en Cataluña, "tarde o temprano saltarán".

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