El último tramo de la A-22 de Huesca a Siétamo no estará acabado hasta dentro de cuatro años

Fomento licita por fin las obras, que tienen un presupuesto de 69,3 millones de euros y 36 meses para su ejecución.

Tramo de la Huesca-Siétamo en la rotonda de Tierz.
Tramo de la Huesca-Siétamo en la rotonda de Tierz.
Rafael Gobantes

Verano del año 2021. Ese es el plazo estimado para que esté abierto al tráfico por fin el último tramo pendiente de la autovía A-22 entre Huesca y Siétamo ya que los 98 kilómetros restantes hasta Lérida están desdoblados desde hace cinco años. Así se deduce teniendo en cuenta que las obras comenzarán como pronto en verano, que el plazo de ejecución será de 36 meses y que más del 80% de la inversión se llevará a cabo en 2020 y 2021.

El Consejo de Ministros ya autorizó hace justo un mes el proceso de concurso de este tramo de 12,78 kilómetros con un presupuesto base de 69,29 millones de euros (IVA incluido). Y ayer Fomento dio un paso publicando el anuncio de licitación en el Diario Oficial de la Unión Europea. Las empresas interesadas tienen hasta el 18 de octubre para presentar sus ofertas económicas, que se abrirán el 4 de diciembre. A partir de entonces aún habrá que esperar varios meses para que se ponga la primera piedra.

Aunque es difícil afinar con los plazos, las previsiones de inversión del Ministerio dan una idea de qué ritmo llevarán las obras. Así, para este año no se ha reservado ni un euro ya que solo se realizarán trámites administrativos y en 2018 apenas avanzarán ya que únicamente habrá 242.000 euros. La inversión fuerte comenzará en 2019 con 10,8 millones de euros. Para la anualidad de 2020 se han consignado 37,4 y para la de 2021, los 20,7 finales.

El tramo Huesca-Siétamo es uno de los de mayor demanda de todo el trayecto hasta Lérida al encontrarse en las cercanías de la capital oscense. Y la prueba es que este tramo de la N-240 es el segundo que más tráfico soporta en toda la provincia con una media de 12.000 vehículos diarios (y puntas de hasta 15.000 en verano), solo por detrás del tramo de la A-23 entre Huesca y Zaragoza.

El trazado de 12,78 kilómetros atravesará los términos de Siétamo, Loporzano, Quicena y Huesca. En los primeros 8 kilómetros se construirá una autovía de nuevo trazado, mientras que para el resto se llevará a cabo un desdoblamiento de la N-240 a lo largo de la Ronda Norte de Huesca, hasta la conexión con la autovía A-23. El tramo dispondrá de cuatro enlaces: Loporzano, Montearagón, Centro de Ronda Norte de Huesca y Oeste de Ronda Norte. El proyecto incluye dos viaductos, siete pasos superiores y siete más inferiores, entre los que destaca el nuevo viaducto sobre el río Flumen que tendrá una longitud de 100 metros.

El pasado mes de marzo, Fomento eliminó el histórico punto negro de Tierz con una rotonda en la que invirtió 260.000 euros. No obstante, quedan otros cruces peligrosos en este tramo, especialmente el de Loporzano. Su alcalde, Jesús Escario, aseguró ayer que tienen "muchas ganas" de que se termine la A-22 "porque llama la atención que esté hecha ya casi toda la autovía entre Tarragona y San Sebastián y que precisamente tengamos este tramo sin terminar cuando la orografía del terreno no es que cause tantos problemas". Aun así, cabe recordar que el proyecto se retrasó varios años por escollos medioambientales.

Escario resaltó la importancia que tiene este proyecto para mejorar la seguridad de los vecinos que a diario usan la N-240 y que tienen que atravesar el cruce de Estrecho Quinto. "Se han puesto elementos disuasorios como limitaciones de velocidad –a 70 kilómetros por hora– o el radar –que en 2016 fue el tercero que más multas puso de toda España con más de 26.500–, pero aun así sigue siendo un peligro", afirmó el alcalde, para quien el plazo de ejecución de tres años "quizá sea excesivo porque tampoco es una obra faraónica".

Por su parte, Vicente Crespo, alcalde de Siétamo, aplaude que por fin se vean avances después de muchos años de parón, aunque todavía se muestra "escéptico" con el plazo de ejecución. "Ojalá la cosa vaya tan bien como promete y se cumplan los plazos", señaló.

Los vecinos de Siétamo también esperan este desdoblamiento "como agua de mayo" para resolver el alto riesgo que ahora entraña la N-240, "sobre todo en períodos de vacaciones y fines de semana de la temporada de esquí porque se forma un cuello de botella que los usuarios de los pueblos, que en un 90% vamos a diario a Huesca, evitaremos".

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