Soldados, campesinos, clérigos y caballeros comienzan a llegar esta semana a Ibieca. Por sexto año consecutivo, la localidad viaja en el tiempo hasta la Edad Media, época en la que el caballero Eximén de Foces ordenó levantar la iglesia de San Miguel de Foces, lugar que acoge estos días el evento. Este templo, declarado monumento nacional histórico en 1916, destaca por sus célebres pinturas murales y por ser una construcción que cabalga entre el románico y el gótico (siglo XIV). La asociación de recreación medieval Feudorum Domini realizará desde esta noche a las 21.15 hasta el domingo la representación de la rebelión de los campesinos y siervos de la abadía de Foces contra la guardia del rey tras ser forzados a pagar el impuesto de bovaje (tribujo común durante la Corona de Aragón). Enrique Villuendas, presidente de Feudorum  Domini, explica que este hecho está basado en lo sucedido durante las Cortes de Ejea en 1265, cuando el rey Jaime I de Aragón ordenó a sus siervos que aumentaran los impuestos de sus tierras para financiar la campaña de la conquista del reino de Murcia por parte de su suegro, Alfonso X el Sabio. "Este año, en lugar de centrarnos en la vida de los nobles, hemos querido reflejar la situación que vivían los campesinos que eran obligados a pagar numerosos impuestos", explica Villuendas.

La primera edición de este acto en 2011 revivió el entierro de Eximén de Foces y tuvo tanto éxito que el año pasado se volvió a repetir. También se celebró la boda de su hijo, Hato de Foces, e incluso la coronación de Pedro III. "Esta última representación fue la mejor de todas, ya que conseguimos congregar a más de 500 personas", recuerda Villuendas.

En total, casi 60 recreacionistas de Aragón y de otras comunidades como Cataluña, País Vasco, La Rioja o Valencia participarán en esta jornada que espera reunir a más de 300 espectadores. El alcalde de Ibieca, José Broto,  explicó que contactaron con ellos en 2011 y "surgió la idea de realizar una recreación", algo que ya "casi es un acto tradicional". Esto supone una fuente de turismo para el pueblo y sus localidades cercanas, donde se desplazan los propios figurantes.