División de opiniones entre los bañistas en el primer día de regulación del salto de Bierge

Las bajas temperaturas disuaden a los visitantes, que a partir de ahora tendrán el acceso al río vallado.

Los bañistas se encontraron con el acceso al río vallado.
División de opiniones entre los bañistas en el primer día de regulación del salto de Bierge
José Luis Pano

La primera jornada de regulación del acceso al salto de Bierge estuvo marcada por la normalidad y por una afluencia modesta de bañistas. Más disuadidos por el descenso de las temperaturas y el viento que por los 2 euros que costaba la entrada o las restricciones que se han implantado este año. Así lo valoran desde el Ayuntamiento de la localidad del Somontano, desde donde aseguran que todavía es pronto para conocer si las medidas adoptadas han surtido el efecto buscado: frenar la masificación, evitar el deterioro del medio ambiente e impedir problemas de seguridad.

El perímetro de acceso al salto de Bierge ha quedado completamente vallado, lo que extrañó a algunos de los bañistas que en su mayoría llegaron desde las provincias de Barcelona, Lérida, Zaragoza y Huesca. Los que conocían las medidas, concretamente el límite del aforo a 220 personas (más treinta barranquistas) por día, y el pago por 2 euros, las acataron con diversidad de criterio. Incluso hubo algunas personas y familias que decidieron darse la vuelta porque solo querían permanecer en el entorno idílico de la presa sin bañarse o simplemente se molestaban por la medida, ya que como explicaba un grupo de jóvenes de Lérida: "No se puede poner vallas al monte que es de todos. Nosotros no volveremos más".

Otros en cambio aplaudían la iniciativa "ya que ahora estaremos más tranquilos, en un entorno más limpio y seguro y lo recaudado revertirá en el paraje".

Los bañistas más madrugadores fueron una familia de Cerdañola del Vallés. "Hemos venido a las 6.00 a pasar el día y bañarnos. Volveremos otra vez cuando el agua esté más caliente", afirmaba Argenis Brito, para quien "se debería cobrar el doble porque es un lugar muy bonito".

En cambio, un grupo de jóvenes de Igualada que se encuentran de vacaciones mostraron su enfado. "No encontramos lógico que se pueda cobrar en un sitio público", afirmaba Chema Cerdán.

Una barrera flotante

La zona de baño está delimitada a partir de tres metros de la presa hacía el río. Queda prohibido bañarse en la poza generada por esta infraestructura y saltar. Una barrera flotante delimita el acceso. El Ayuntamiento ha decidido acotarla por los desprendimiento de rocas en el azud y sus inmediaciones.

La mañana se saldó sin incidencias. A las cinco de la tarde habían pasado 125 personas, el pico máximo. No hubo ni coches ni autobuses estacionados en la carretera. Aun así la presencia de agentes de la Guardia Civil y de la Protección de la Naturaleza fue continúa. Y así lo será a lo largo del verano, sobre todo los fines de semana.

En cuanto a las infraestructuras creadas, cuenta con mejores accesos desde el aparcamiento, zonas de evacuación y servicios. Al final no se ha creado un torno, sino que hay una valla metálica con un contador de visitantes. Cada bañista tiene una pulsera naranja que le da derecho entrar y salir cuantas veces quiera.

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