La cantera de inventores oscenses muestra su potencial

La Primera Muestra de Jóvenes creadores de Huesca recogió nueve innovadores proyectos.

Los jóvenes inventores.
Los jóvenes inventores.
Rosa Calvo

Términos como aplicación, resistencia, programación o bombilla led sonaron este jueves en repetidas ocasiones en el vivero de empresas de Huesca. Y es que la jornada en el centro oscense estuvo dedicada a los proyectos, a la innovación y a la tecnología, aunque tuvo unos protagonistas más menudos de lo que la temática inventaba a pensar. Fueron trece niños, de entre 8 y 15 años los que mostraron sus conocimientos en robótica, y dieron solución con un total de nueve proyectos a problemas que se presentan en su día a día. Esta I Muestra de Jóvenes Creadores 'Huesca Makers 2017', estaba impulsada desde el CEEI Aragón junto a la academia Mini Vinci de la capital oscense, que ofrece talleres y cursos para iniciar a los niños en el mundo de la robótica educativa y la programación creativa.

“El objetivo de la muestra es crear consciencia sobre la importancia de la cultura creadora para fomentar una educación de la creatividad y la innovación en las escuelas. La cultura 'maker' está haciendo una contribución positiva a nuestra sociedad y a la economía, especialmente dentro del ambiente educativo y en la creación de nuevas empresas innovadoras”, explicaban desde la organización del evento.

La camiseta luminosa de Valeria Corrales, la benjamina del grupo y única chica, fue la que convenció al jurado para llevarse el primer premio. “Es una camiseta con las letras V y L y varios botones hechos con fieltro. Si apretamos en uno, se enciende una de las letras, y en el otro, la otra, en diferentes colores”, explicaba la pequeña de ocho años, que enumeraba los componentes necesarios para la creación de su proyecto, así como el procedimiento. En una terminología desconocida para muchos adultos.

Los participantes son alumnos del centro Mini Vinci, donde han trabajado desde hace casi dos meses sus proyectos, de la mano de Patricia Heredia, responsable de la academia. “Empezamos hace tiempo con la iniciativa, ya que no quería que se dedicaran exclusivamente a ello. Primero tenían que localizar un problema, y luego intentar solucionarlo a través de la robótica, con un prototipo que hemos ido elaborando”, explica y destaca la implicación de algunos de sus alumnos, que trabajaban la idea tanto en el aula como fuera de ella. “El resultado ha sido estupendo”, apunta.

Un prototipo de máquina para recoger las olivas que se caen al suelo en el campo de manera automática y programado para no chocar con los árboles ni otros elementos, obra de Kevin Gabriel fue el segundo premio, y Marcos Araújo con un sistema de domótica que permite desde subir persianas a encender luces a través de una aplicación móvil que funciona también con la voz fueron las propuestas que recibieron el segundo y tercer premio en el certamen, respectivamente.

Pero también hubo espacio y aplausos para el Recogebasurinator, que llevaba las bolsas de basura desde los hogares al vertedero, creado por Arturo Escar y Pablo Trallero; el brazo telescópico que ideó Martín Casado cuando una lesión le impedía moverse sin muletas; un tanteador electrónico que detecta cuando el balón cruza la canasta y sube los puntos al marcador de manera automática, diseñado por Mota Talbi y Lorién Zamora; una camiseta con señales luminosas y sonoras para comunicar a los ciclistas entre el tráfico, de Alejandro Bertinelli; el prototipo de una maquina con brazo movible para transportar cargas pesadas, diseñada por Jaime Bermejo y Hugo Sampériz, o la lámpara con sensor de oscuridad creada por Liam Granada y Lorien Lacarte.

Antes del veredicto final del jurado, todos tuvieron que mostrar al jurado su idea en un tiempo de seis minutos -cuatro de exposición y dos de preguntas-. “Quizás eso era lo que más respeto les daba. Subir al escenario y presentar sus proyectos”, aseguraba Heredia. Pero una vez templados los nervios y después de pasar los apuros de bombillas que no lucen en el último momento y funciones que no responden, todos pudieron disfrutar junto a sus familias de una merienda a la espera del veredicto final del jurado.

Además, y completando la actividad, la jornada contó con una conferencia a cargo de Víctor Lobo y Marcos Rupérez, que mostraron a los pequeños su experiencia como 'makers' en la consecución de sus proyectos empresariales. Como son la construcción del primer coche eléctrico que participó en el Dakar, obra de Rupérez, y un rollerski de fibra de carbono, con el que Lobo se entrena como campeón de esquí sin necesidad de nieve.

El Ayuntamiento de Huesca, la Dirección Provincial de Educación y el Grupo Avanza, que se encargaron del transporte de los pequeños, también colaboraron con esta inclusión de la capital oscense en la Semana Europea del Maker, que por la calidad de los proyectos presentados, será la primera de muchas.

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