Benasque lanza una campaña para reducir la media de 26 rescates al año en el Aneto

El proyecto Aneto Seguro está promovido por la Federación Aragonesa de Montaña y los empresarios turísticos. Los guías impartirán 32 charlas para el público y formarán a los hosteleros.

Esta imagen se tomó en junio de 2015 en el Paso de Mahoma, la antecima del Aneto.
Benasque lanza una campaña para reducir la media de 26 rescates al año en el Aneto
Carlos Carracedo/equipo barrabés

No hay cálculos precisos de cuántos montañeros hacen cima cada verano en el techo de los Pirineos, pero se estima que en los días de mayor afluencia intentan la ascensión unas 240 personas. Símbolo de los tresmiles del Pirineo, el Aneto es un gran foco de atracción, y por eso tanto la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM) como la Asociación Turística del Valle de Benasque quieren que sea una ruta segura y se rebajen las estadísticas de siniestralidad. Entre los años 2010 y 2016, la Guardia Civil realizó en la zona 187 rescates, lo que da una media de 26,7, con 281 personas auxiliadas. La mitad se produjeron en fin de semana y el 69% en el descenso.

La FAM y los empresarios acaban de lanzar el proyecto Aneto Seguro, que tendrá una duración de dos años y cuenta con financiación europea. Con ellos colabora activamente la Asociación de Guías del Valle de Benasque, formada por más de 20 profesionales. Arrancó ayer con la primera acción, la apertura de una página web (anetoseguro.com), y en julio y agosto está previsto ofrecer a los visitantes cuatro charlas semanales (36 en total), en el palacio de los Condes de la Ribagorza, impartidas por los miembros de esa asociación. Se quiere convertir en un punto informativo al que puedan acudir los visitantes y donde se hable del Aneto y, en general, de la seguridad en alta montaña, ya que no es precisamente en este lugar donde más accidentes ocurren de todo el Pirineo. "El Aneto es el reclamo del valle de Benasque para los montañeros pero hay muchos tresmiles", recordó Marta Ferrer, quien coordina la campaña Montaña Segura, de la que este proyecto es una prolongación.

Previamente, este mes de junio, habrá encuentros con hosteleros y oficinas de turismo para presentar el estudio realizado por la FAM y la Guardia Civil sobre el perfil de los rescatados en el entorno del Aneto. El objetivo es formarlos para que a su vez se conviertan en informadores, pues ellos tienen un contacto directo con los visitantes. "Queremos darles pistas sobre los grupos más vulnerables, con los que hay que trabajar más. Hay colectivos, por su procedencia o edad, que están siendo rescatados en mayor proporción", explicó Marta Ferrer. Añadió que "lo importante es que llegue la información al turista, no con el ánimo de que no vaya, ni con la idea de que es obligatorio contratar un guía, sino para explicar lo que hay y ayudarle a hacer una autovaloración de sus capacidades".

El proyecto cuenta con un presupuesto de 29.752 euros y ha sido posible gracias a la financiación del fondo de inversión de desarrollo rural Feader, canalizada a través del Centro de Desarrollo de Sobrarbe y Ribagorza.

"Queremos trabajar en favor de la seguridad en la alta montaña", comentó el gerente de la Asociación Turística de Empresarios del Valle de Benasque, José Luis Hernández. "Como capital de las actividades alpinas, debíamos participar en un proyecto que pretende hacer del Aneto un lugar más seguro". Al mismo tiempo, dijo, se intenta dar valor al trabajo de los guías, "porque tenemos muy poca cultura de montaña en España, y eso nos preocupa".

En opinión de Hernández, pese a las imágenes de las colas en el Paso de Mahoma intentando llegar a la cima, no existe un problema de masificación. La cifra de 240 personas, que es estimativa (se basa sobre todo en la capacidad del refugio de La Renclusa y de los autobuses que acercan a los montañeros a la Besurta), se da muy pocos días al año.

Los guías son los primeros convencidos de la necesidad de "mejorar la formación de los visitantes". "No se van a eliminar los accidentes, inherentes a la actividad, como cuando coges un coche y sales a la carretera, pero sí pueden reducirse", comentó Carlos Carracedo, de la asociación de guías del valle. En su opinión, "lo más importante es que la gente sea consciente de dónde va, porque hay personas que creen que van a hacer senderismo, no llevan mapa ni saben usarlo o se meten en un glaciar sin piolet ni crampones. Hacia ellos va dirigida la campaña".

Cada vez hay más costumbre de contratar guías, algo muy habitual en los países alpinos. "Pero si la persona no tiene físico para subir, no puedes tirar de él hasta la cumbre", durante 11 y 12 horas y con un desnivel de 1.500 metros. La inexperiencia se puede suplir con el acompañamiento de los guías, pero no la falta de adaptación, porque, añadió Carracedo, "hay que saber moverse durante horas en un medio irregular donde no existen caminos marcados".

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