Monzón presume de pasado templario

Miles de personas disfrutan este fin de semana del XVII Homenaje a Guillén de Mont–Rodón, tutor del rey Jaime I.

Guillén de Mont-Rodón y Jaime I, durante la recreación celebrada en Monzón.
Guillén de Mont-Rodón y Jaime I, durante la recreación celebrada en Monzón.
José Luis Pano

El pasado y presente se fusionan este fin de semana en Monzón con motivo del XVII Homenaje a Guillén de Mont–Rodón, maestre templario tutor del rey Jaime I durante su estancia en la fortaleza montisonense entre 1214 y 1217. Miles de personas siguen desde ayer y a lo largo de hoy una extensa y atractiva programación que incluye recreaciones históricas, dramatizaciones, animación de calle, un mercado artesanal y un gran torneo como el que tendrá lugar hoy al mediodía en la ribera del río Sosa.

La fiesta, declarada de interés turístico regional, se ha convertido "en una tradición más de Monzón", como aseguró el alcalde, Álvaro Burrell, en el acto institucional celebrado en la catedral de Santa María del Romeral, abarrotada por vecinos y visitantes, ataviados con vestimentas medievales, entre ellos el consejero de Turismo, José Luis Soro. El alcalde también recordó las obras de rehabilitación que se están realizando en el castillo, con una inversión de un millón de euros, y que contribuirá a que "la historia sea viva y la disfruten todos los ciudadanos y visitantes".

Monzón está siendo un ejemplo de historia viva, con una gran implicación de los vecinos que se ha vestido de época en mayor número que en ediciones pasadas. Ciudadanos, colectivos, peñas, o grupos de teatro como Trotamundos adoptan un papel de los personajes que hace ocho siglos habitaron la Encomienda Templaria. José Manuel Baena, que interpreta a Guillén de Mont–Rodón desde 2005, destaca la evolución que ha experimentado la fiesta. "Antes nos poníamos en fila y no actuábamos porque el protagonismo lo asumían grupos de fuera que lo hacían muy bien. Después, pensamos que los de Monzón podríamos involucrarnos más y hacer escenas. Y cada año ha ido creciendo gracias a la suma de asociaciones, voluntarios y del apoyo institucional, y está despuntando de una manera espectacular", afirmó.

En la fiesta también participan asociaciones recreacionistas con pasado templario como Caravaca de la Cruz, Ágreda, Muret (Francia), Castellón, o las aragonesas Graus, Huesca o Teruel. La presencia turolense es habitual y nutrida en los últimos años gracias a las buenas relaciones entre las fiestas de Mont–Rodón y Los Amantes. Precisamente ayer, además del maestre templario, uno de los que más fotografiados fue Diego de Marcilla, encarnado por Oriol Joanpere. "Es increíble el ambiente de Monzón, aquí me siento como en casa. He venido como caballero, como escudero y ahora como Diego. Monzón puede convertirse en un referente de las recreaciones medievales como lo es Teruel", señaló.

El consejero Soro destacó el papel turístico y divulgativo de esta fiesta: "Las recreaciones históricas hay que vivirlas. El recreacionismo es una forma de poner en valor nuestra historia y es un acto de justicia. Somos poseedores de una historia milenaria, y tenemos la obligación de divulgarla. Con actos con el de Mont–Rodón, que recrea unos años cruciales para Aragón, nos sentimos orgullosos de nuestro pasado".

El Homenaje comenzó con la apertura del mercado artesanal con unos 90 puestos. Una multitud de público acompañó durante toda la jornadas las recreaciones en la plaza y en el castillo, los desfiles y los bailes o el campamento medieval instalado en el parque de la Azucarera, que recrea la vida en el siglo XIII.

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