Reinterpretación oscense del concepto romería

El festival ‘Romería y Desengaño’ celebró su quinta entrega con conciertos y actividades.

Celebración del Festival Romería y Desengaño de Huesca
Reinterpretación oscense del concepto romería
R. C.

Abril y mayo son los meses de las romerías por excelencia. Muchos son los pueblos de la provincia que se reúnen en torno a ermitas y lugares señalados para compartir la jornada. Pero en la capital oscense, el término sufrió cierta reinvención hace ahora cinco años, cuando nació el festival ‘Romería y Desengaño’, que este sábado celebró una nueva entrega. La cita nació como festival folk alternativo, conviertiéndose en punto de reunión durante toda la jornada, ya no solo de aficionados a esta música, sino de público de todas las edades, atraídos por el resto del programa.

El punto de encuentro volvió a ser el Espacio Re-Gen que se creó tras la rehabilitación de un solar abandonado en la calle Desengaño –de ahí el nombre del festival-, dónde durante la matinal del sábado se organizaron juegos tradicionales aragoneses, donde pequeños y mayores probaron suerte con la rana, el tejo o las herraduras.

También se creó un mercadillo de trueque, al hilo de la iniciativa de la asociación de vecinos del barrio, que el último domingo de cada mes se instalan en ese mismo espacio con ese propósito, el de intercambiar objetos entre los vecinos y visitantes. Abrigos, bolsos o libros componían la oferta de esta ocasión, en la que se adelantó un día el mercado, para hacerlo coincidir con el festival. Junto a ellos, los chicos de la Huerta de Arcadia también pusieron a la veta sus productos agroecológicos, y realizaron una muestra de sus semillas.

Con la hora del vermú, que podía degustarse en la zona de bar, llegó la música, pues en torno a las 12.30 llegaba desde Belver de Cinca, para tomar el escenario instalado en el mismo solar, el grupo Los Doos, combinando temas propios con las versiones a guitarra y bandurria de Nick Cave, Dylan o Doors, que dieron paso al ovetense Rodrigo Cuevas.

Por la tarde, la fiesta se trasladó al centro Benito Moliner, donde actuó la mallorquina Joana Gomila, los catalanes Flamaradas y la banda de Mali Tamikrest, mostrando todos su particular visión del folk, protagonista del festival.

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