El aragonés llega a 800 alumnos de 37 escuelas pero el modelo educativo resulta "insuficiente"

La profesora Iris Orosia Campos ha estudiado la situación de esta lengua, que se introdujo en las aulas hace 20 años.

Iris Orosia Campos presentando su tesis doctoral sobre la Fabla Aragonesa.
Iris Orosia Campos presentando su tesis doctoral sobre la Fabla Aragonesa.
Rafael Gobantes

El actual sistema de enseñanza del aragonés resulta "insuficiente" y "obsoleto", si se trata de garantizar la conservación de esta lengua minoritaria, una de la más amenazadas de Europa y con unos 15.000 hablantes. Así lo pone de manifiesto una investigación realizada por la profesora Iris Orosia Campos sobre la situación y perspectivas de esta lengua en la escuela, que presentó ayer en la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación y en el que analiza las actitudes lingüísticas de la comunidad educativa, hablante y no hablante. Para ello ha realizado encuestas en escuelas del Alto Aragón, a alumnos de 3º de Primaria, maestros y familiares. También ha recopilado la experiencia de 15 profesores que enseñaron aragonés desde el curso 1997/1998.

Aunque hace 20 años que se implantó en las aulas y actualmente llega a 800 alumnos de 37 colegios, el estudio, desarrollada en el seno de la Universidad de Zaragoza como tesis doctoral, destaca las carencias en el aprendizaje del aragonés para quienes no lo tienen como lengua materna.

Un plan piloto lo introdujo por primera vez en las aulas de Jaca, Biescas, Aínsa y Benasque, como asignatura extraescolar y voluntaria. Desde entonces, los colegios han tenido libertad para elegir cómo la imparten, con la posibilidad de que sea una extraescolar voluntaria o una lengua vehicular para otras materias. Pero esta última opción nunca se ha solicitado y lo habitual es dar un máximo de 2 horas fuera del horario escolar.

Esta situación es mucho más desfavorable que la del catalán, la otra lengua minoritaria de la Comunidad Autónoma, que llegó a la escuela en 1984, se da en horario escolar y en algunos centros incluso como lengua vehicular, más cerca del modelo bilingüe.

El estudio pone de relieve la actitud de los distintos implicados. En el caso de las familias, el 55% es favorable a su introducción como materia escolar optativa, "pero cuando se les ofrece la posibilidad de elegir entre aragonés u otra lengua extranjera o un repaso de lengua y matemáticas, la mayor parte tiende a estas enseñanzas". Respecto al profesorado, aunque solo el 17% cree que no debe ocupar ningún lugar en las escuelas del territorio, resulta "alarmante" el desconocimiento existente sobre la pluralidad lingüística de Aragón incluso entre los docentes, hasta el punto de que solo el 15% ha tenido conocimiento de la existencia del aragonés a través de la educación obligatoria. Por otra parte, tiene escaso peso en las escuelas, ya que el 72% manifiesta no realizar "nunca" actividades relacionadas con esta lengua en el aula a lo largo del curso y el 25% solo lo hace "puntualmente".

Campos concluye que el actual sistema no permite al alumnado que no tiene el aragonés como lengua materna desarrollar habilidades expresivas, aunque sí las de comprensión oral y escrita. "Los niños que lo tenían como lengua materna alcanzaban todas las destrezas", precisó la profesora, pero los que no, mostraban carencias en gramática o expresión escrita.

Además, dijo, "nos encontramos muy lejos de alcanzar los objetivos recogidos en la legislación y en las orientaciones de diferentes instituciones, tanto a nivel estatal como internacional". El modelo no cumple con las recomendaciones de las instituciones europeas, que hacen hincapié en la necesidad de que en los territorios con lenguas propias minoritarias, la enseñanza tenga naturaleza plurilingüe. Tampoco garantiza, añadió, el derecho a no ser discriminado por razón de la lengua, y no se acerca a los resultados obtenidos con el catalán en Aragón.

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