"Es un paso importante para las comunicaciones de Aragón y de toda España, pero se queda incompleto porque Francia no ha hecho la carretera que prometió". Fueron las palabras "agridulces" del entonces presidente Marcelino Iglesias, el día de la histórica inauguración del túnel del Somport, el 17 de enero de 2003, tras una faraónica inversión de 254 millones de euros. Y casi quince años después, el sector del transporte de mercancías mantiene la misma queja. Su máximo dirigente en la provincia, Fernando Callizo, presidente también de la Confederación de Empresarios de Aragón, denuncia que "es como atravesar el túnel del tiempo porque pasas del lado español, donde hay una carretera acorde a las necesidades del siglo XXI y sales a la RN-134, que parece más del siglo XIX".

Según las últimas estadísticas de Fomento, Somport atrae apenas el 2% de los 20.000 vehículos pesados que atraviesan de media cada día la frontera por alguno de los 27 pasos existentes, la mayoría con una circulación residual. Con 1.064 vehículos diarios y 367 de ellos camiones en 2015 (dato récord de mercancías desde que se abrió, aunque la media histórica es de solo 160), ocupa el 4º lugar de un ranquin que lideran, con aplastante claridad, los pasos por autopista de la Junquera (32.280 vehículos/10.588 pesados) e Irún (23.000/326). También le supera el túnel de Vielha con 2.475/525 y tras Somport está Puigcerdá con 7.517/103. En Huesca, hay otros dos pasos, pero el tráfico pesado es muchísimo menor: Portalet con 1.008/10 y el túnel de Bielsa con 972/93.

Callizo asegura que la mayoría de camiones que cruzan a diario el túnel son mercancías de ámbito más local "porque en el momento que tienes que subir hacia el norte de Europa, se usa a Junquera o Irún porque en recorridos tan largos el hecho de hacer unos kilómetros de más en España no tiene tanta importancia".

El presidente de los empresarios de transporte de mercancías de la provincia reconoce que la finalización de la autovía Somport-Sagunto "va más despacio de lo que nos gustaría", aunque lamenta sobre todo el "escaso interés" que ha puesto hasta ahora Francia en el acondicionamiento de la RN-134. También critica la falta de diligencia cuando llega algún temporal de invierno "porque la nieve cae igual en los dos lados del túnel y mientras en la parte española los quitanieves casi la limpian antes de que caiga y es muy difícil que se restrinja la circulación, en Francia se corta enseguida porque la carretera es peor y además no tienen el mismo mantenimiento que aquí".

"Desincentiva las inversiones"

Callizo advierte de los perjuicios económicos que ocasiona, recordando que en 2014, cuando el túnel llegó a estar cerrado a camiones durante 115 días por desprendimientos en el lado francés, un estudio estimó las pérdidas económicas en 730.000 euros semanales. "Y a eso hay que añadir otros costes indirectos como la falta de atractivo del territorio para invertir porque una empresa necesita garantías y la logística es hoy fundamental en las cuentas de resultados. Y si estás obligado a dar una vuelta de 200 kilómetros porque la línea recta no se puede usar cuanto menos se desincentiva esa inversión o incluso puede llegar a deslocalizar".

Por ello, insta a la "sociedad en su conjunto" y a los Gobiernos aragonés y central en particular a seguir el ejemplo que se está llevando para intentar reabrir el Canfranc "buscando que el Gobierno francés se involucre para mejorar las carreteras porque incluso nuestros vecinos del sur de Francia están convencidos de la necesidad de esa infraestructura para no quedarse aislados".