Bestias a la carrera en la plaza de Bielsa

El buen tiempo favoreció una asistencia multitudinaria para ver a los singulares personajes de esta fiesta.

Las bestias volvieron a reinar este sábado en el Carnaval de Bielsa abriéndose paso entre la multitud, bajo la atenta mirada de Cornelio Zorrilla, el muñeco confeccionado con ropas viejas rellenas de paja colgado de la fachada del Ayuntamiento. Las trangas, mitad hombre mitad macho cabrío, con las caras ennegrecidas de hollín, cuernos y una piel de choto sobre la cabeza, dieron más de un susto a la concurrencia que se arremolinaba en la plaza. Al espectáculo contribuían también los osos, antaño pobladores de estas montañas del Pirineo, y sus domadores; el amontato, que simula una vieja llevando un hombre a sus espaldas; o el caballé. Y como contrapunto, las madamas, de blanco virginal y con cintas de colores.

Este espectáculo, poblado de bestias y seres mitológicos, cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos, no dejó indiferentes a las más de 5.000 personas que llenaron este pueblo de 300 habitantes en un ambiente primaveral. ‘Fuera invierno, fuera’, dice la canción de la Ronda de Boltaña dedicada a los carnavales de Sobrarbe. Y Bielsa lo demostró con una máxima de 18,8 grados, la tercera más alta de Aragón.

Al ritmo de la charanga riojana Makoki, la ronda arrancó a las 17.00 y fue recorriendo las calles hasta llegar a la plaza. Había tanto público que los protagonistas apenas tenían sitio para moverse. Aún así, se vivieron las típicas carreras, y las trangas hicieron llorar a los niños y arrinconaron a las mozas. "Las expectativas de la gente se han cumplido. La plaza estaba a reventar. El público sabe a lo que viene, sabe que esto no es el típico pasacalles", comentaba Ricardo Dueso, de la Asociación Carnaval de Bielsa, que durante 15 años se vistió de tranga y también interpretó el papel de oso. "Es una sensación difícil de explicar. Estás esperando todo el año a que llegue este momento", explicó.

El buen tiempo favoreció que la afluencia fuera incluso mayor que otros años. Para rematar la jornada, los visitantes pudieron disfrutar de un baile y una discomóvil, "hasta que el cuerpo aguante". Este domingo se repite la ronda y el espectáculo en la plaza, eso sí, con menos agobios. Y al acabar, se ejecutará la sentencia contra Cornelio Zorrilla, que dejará de colgar en el balcón del ayuntamiento para convertirse en ceniza, como culpable de todos los males del valle.

Cornelio vive pegado a la actualidad. Este año imitaba a Iñaki Urdangarin, con una pelota de balonmano en una mano, y al lado, en el mástil del edificio municipal, la bandera republicana. La Guardia Civil pidió retirarla y el alcalde así lo hizo, pero a los cinco minutos la enseña había vuelto al mismo lugar.

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