Monrepós rebasó un 20% su tope de capacidad el domingo con 11.070 vehículos de regreso

Alcaldes y empresarios turísticos urgen obras en la A-23 mientras piden paciencia a los conductores.

Los conductores tardaron media hora en cruzar los 2,3 km de la A-23 en Sabiñánigo.
Monrepós rebasó un 20% su tope de capacidad el domingo con 11.070 vehículos de regreso
Carlos Blas Bahillo

El puerto de Monrepós (N-330), principal acceso a cuatro de las cinco estaciones de esquí del Pirineo oscense, registró el domingo un nuevo gran atasco que esta vez se extendió a otros tramos en el entorno de Sabiñánigo. En total, más de 30 kilómetros de retenciones que ralentizaron el regreso de la Semana Blanca a miles de esquiadores.

Esta vez no hubo causas meteorológicas ni accidentes, afortunadamente. El único motivo fue el gran volumen de tráfico que tuvieron que asumir estas carreteras tras un fin de semana con el cartel de completo en los valles. Según los datos de la DGT, el puerto de Monrepós registró el paso de 11.070 vehículos de regreso (más otros 3.960 en dirección opuesta), rebasando así en más de un 20% su límite de capacidad. "Es difícil que el puerto absorba más de 9.000 vehículos", resaltó ayer el jefe provincial de Tráfico, Andrés Fernández del Río.

De momento es el mayor volumen de tráfico en un día en lo que va de temporada de esquí ya que en Navidad, por ejemplo, Monrepós contabilizó en torno a los 7.000 vehículos. No obstante, Fernández del Río admitió que es una cifra que sí se suele alcanzar en épocas de alta afluencia turística como Semana Santa. De hecho, el récord histórico lo ostenta el puente de la Constitución de 2015, cuando se llegó a 11.728.

En el viaje de regreso del Pirineo, los conductores se suelen encontrar con varios cuellos de botella como el final de la autovía A-23 entre

y Sabiñánigo, o el entronque de la N-260 con la N-330, también en Sabiñánigo, además del alto de Monrepós. Pero el punto crítico el domingo fueron los 2,3 km del acceso sur a la localidad serrablesa, que los conductores tardaron media hora en atravesar. "La gente acelera al ser autovía y al llegar a la rotonda de salida, unos tienen que ceder a otros y la circulación se ralentiza", explicó Fernández del Río. Pese a que se toman medidas como desplegar agentes de la Guardia Civil o recomendar el desvío por Santa Bárbara (A-132) en los paneles informativos, se quedan cortas, "así que no nos queda más que esperar que las obras de la autovía avancen y que estos días, que afortunadamente son pocos, se tenga paciencia".

El mismo consejo lanzó Jesús Lasierra, alcalde de Sabiñánigo, cuyos vecinos también sufren las consecuencias de los atascos por la dificultad para incorporarse a la N-330. "Cuando hay tanta intensidad de tráfico es lógico que se forme un embudo en la rotonda porque, además, todos los coches bajan de las pistas de esquí casi a la misma hora", recordó. En estas ocasiones, recomendó "tranquilidad" y usar vías alternativas. La solución llegará cuando esté en servicio toda la autovía, incluida la futura variante de Sabiñánigo. "A ver si la hacen cuanto antes porque aliviaría toda esa congestión", destacó.

La Asociación Turística del Valle de Tena confirmó que los alojamientos rozaron el 100% "en un fin de semana extraordinario ya que había puente en Madrid y mucha gente disfrutó también de la Semana Blanca para esquiar, y el tiempo acompañó", según su gerente, Sandra Lecina. Aunque ya están mentalizados de que en jornadas de tanta afluencia se producen atascos, sobre todo en los puntos con cruces, "todos esperamos que las obras terminen cuanto antes y podamos disfrutar pronto de la autovía", añadió.

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