“Nadie confiaba en mi hija al nacer con 570 gramos, pero no hay que abandonar la lucha”

Carol Zaborras relata su dura experiencia en un libro para intentar ayudar a otros padres y madres con niños prematuros.

Carol Zaborras, con su hija Libe en brazos, que enseña el libro '570' donde narra su experiencia.
“Nadie confiaba en mi hija al nacer con 570 gramos, pero no hay que abandonar la lucha”
R. Gobantes

"Soy una mujer sencilla y anónima, pero también una madre coraje". Así se define Carol Zaborras, una mujer de 37 años, vecina de la localidad altoaragonesa de Alcalá de Gurrea, que el 1 de enero de 2009, con cuatro meses de antelación sobre la fecha de parto prevista, dio a luz a su hija Libertad, que pesó solo 570 gramos y que ocho años después sigue luchando por superar las graves secuelas que le dejó ese alumbramiento prematuro. "Cuando nació, nadie confiaba en mi hija, nadie daba un duro por ella, pero he aprendido que si luchas por algo que realmente deseas, lo consigues, así que nunca debes abandonar". Un marcapáginas con esta última frase de motivación fue el regalo que entregó a todos los familiares y amigos que llenaron el salón de actos de la Diputación Provincial de Huesca para asistir a la presentación de ‘570’, el libro que se ha animado a escribir para contar su dura experiencia y así intentar ayudar a otros padres y madres con hijos prematuros.

Cuando Carol se quedó embarazada por tercera vez deseaba tener a una niña después de haber dado a luz a sus dos hijos, Aaron y Hugo. Ya durante el embarazo tuvo un susto que le obligó a hacerse una amniocentesis "que al final salió bien". Sin embargo, con solo 23 semanas de gestación se puso de parto y a la 24 nació, en plena Nochevieja.

Libe, como la llaman cariñosamente, pasó cinco meses en la uci Neonatal del Hospital Miguel Servet de Zaragoza. Y aunque en los primeros diagnósticos le dijeron que no iba a ser viable, un pediatra confió y decidió intubarla "para ver qué pasaba", recuerda. Allí comenzó un rosario de cirugías y tratamientos que le dejaron importantes secuelas. "Se quedó sorda por completo ya que muchos medicamentos son ototóxicos y le afectaron al oído. También tuvieron que operarla de la vista para quitarle unos vasos que producen ceguera y no la tiene muy bien. Sufrió un problema intestinal muy grave que le obliga a alimentarse por una sonda gástrica. Además, tuvo un microinfarto cerebral que le dejó un poco paralizado medio lado del cuerpo...", explica Carol.

Pero pese a ello, Libe ha conseguido seguir adelante gracias en gran parte a los cuidados que recibe en el centro de Aspace Huesca, que atiende a personas con parálisis cerebral y otras patologías afines. "En principio creían que ni iba a poder andar, pero gracias a todo el esfuerzo individual que hacen con cada niño, lo han conseguido. También que comience a hablar, a comer por la boca...", agradece su madre.

Carol quiso reflejar las duras vivencias de estos 8 años en un libro, primero como recuerdo para la familia, pero luego pensó que sería una buena forma de ayudar a otros padres y madres en su misma situación "para que no decaigan nunca y que vean que de cosas malas también se sale por lo que hay que buscar lo positivo y luchar y luchar".

Y es que asegura que le impactó mucho la ayuda desinteresada que ella recibió de una madre que conoció en la uci Neonatal del Servet y que estaba pasando por algo muy parecido con un hijo un poco más mayor. "Agradecí tanto que me apoyara sin conocerme de nada que me motivé para escribir el libro", explica.

Pese a esa fortaleza psicológica, reconoce que en todos este largo trayecto ha tenido ganas de tirar la toalla muchas veces "porque era horroroso ver a Libe tan grave y tan mal". "Y aunque no me avergüenzo de decirlo, y creo que nadie debe hacerlo, también es verdad que hay que seguir luchando y creer", subraya Carol.

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