Una exposición evoca el café que no pudo tomar Orwell en Huesca en 1937

La muestra comienza este viernes e invita a recorrer el viaje que hizo el escritor por España tras llegar a Barcelona en 1936.

Dos personas observan unas fotografías de la exposición.
Dos personas observan unas fotografías de la exposición.
Efe

George Orwell, uno de los novelistas más importantes y visionarios del siglo XX, no pudo entrar en Huesca con las milicias republicanas en 1937, ni tomar el café que había augurado el general al mando de las tropas, algo que se reivindica ahora con una exposición conmemorativa en la capital oscense.

La muestra, que se inaugura mañana, se titula precisamente, 'Orwell toma café en Huesca'. Cuenta con más de seiscientos registros entre documentos, carteles, fotografías y escritos; e invita al espectador a recorrer el viaje que hizo el autor de '1984' desde su llegada a Barcelona en diciembre de 1936.

El comisario de la muestra, el historiador e investigador Víctor Pardo, ha preparado un viaje que sigue los pasos desde que Orwell se afilió al POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) en la Barcelona revolucionaria de diciembre de 1936 hasta su precipitada huída de España con su esposa Eileen a través del paso de Port-Bou.

La revolución social en marcha que pudo observar en Barcelona le llevó a titular su libro sobre la Guerra Civil española 'Homenaje a Cataluña', aunque la mayor parte del tiempo la pasó en las trincheras de la sierra de Alcubierre, entre "piojos, ratas y suciedad...olor a orina y pan rancio", y rodeado de combatientes harapientos y mal armados.

Unos recuerdos plasmados en 'Homenaje a Cataluña', el libro más vendido sobre la contienda civil española, que no respondían a la pasión con la que el escritor viajó a España para luchar contra el fascismo.

Orwell, declarado anticolonialista y antifascista, desarrolló en España una profunda visión crítica de Stalin y de la Unión Soviética tras comprender que la República no iba a contar entonces con un apoyo claro y contundente desde Rusia y que iba a ser abandonada a su suerte por toda la comunidad internacional.

Sin embargo, el comisario de la exposición señala que el objetivo de la exposición no es valorar las ideas políticas de Orwell sino viajar de la mano del propio escritor por los escenarios bélicos en los que desarrolló su estancia en España y conocer el contexto histórico que se vivió entonces.

Según Pardo, la idea de la muestra es "viajar de la mano de Orwell" para acompañarle en su llegada a Barcelona, su traslado a las trincheras de la sierra de Alcubierre y del frente de Huesca, donde resultó gravemente herido por un disparo en el cuello; su estancia en el hospital de guerra del Pueyo de Barbastro y su salida del país.

"Meses antes, tras la captura de Siétamo -evocó con ironía Orwell en su libro-, el general que mandaba las tropas republicanas había dicho alegremente: "Mañana tomaremos café en Huesca". Por lo visto, se equivocó.

Un "error" que se prolongó por espacio de veinte meses, ya que Huesca, tras un asedio de veinte meses, el más largo de toda la contienda, no llegó a ser recuperada por la República.

Víctor Pardo ha insistido en que la muestra reivindica el compromiso de Orwell contra todo tipo de totalitarismo, el compromiso de un hombre que, ha subrayado, "pisó el barro del tiempo que le tocó vivir".

La muestra exhibe las dos únicas fotografías que se conservan de Orwell en España, una de Centelles en la que forma filas para enrolarse en las milicias del POUM en Barcelona, y otra junto a varios compañeros en el frente de Huesca.

Según el comisario de la muestra, en su precipitada huida, Orwell tuvo que abandonar todos los documentos y fotografías que había acumulado para su libro, que finalmente tuvo que escribir "desde el recuerdo".

Pardo, en un tono irónico, no ha descartado que toda esa documentación aparezca finalmente en alguna caja polvorienta de algún antiguo archivo soviético.

Mientras tanto, el espectador que va a visitar en el Museo de Huesca la exposición para conocer la figura del escritor, se encuentra en la puerta de entrada una antigua mesa de bar con un café solitario sobre el mármol, el café que nunca pudo tomar Orwell en Huesca.

Tras un trabajo "enorme, magnífico y difícil", asegura Pardo, mañana la exposición abrirá sus puertas con la presencia de los hijos de George Orwell, Richard Blair, y del comandante Georges Kopp, Quentin, a cuyas órdenes sirvió el escritor en el frente aragonés.

Una inauguración a la que asistirán el presidente de Aragón, Javier Lambán, el presidente de la Diputación de Huesca, Miguel Gracia, y el alcalde de la capital oscense, Luis Felipe, instituciones que han colaborado todas en el proyecto.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión