Siétamo sigue el ejemplo de Bierge y también prohíbe saltar al río desde puentes y presas

El Ayuntamiento quiere atajar la moda de tirarse al Guatizalema desde 7 metros. Pueblos con zonas de baño cercanas temen que se masifiquen aún más por las limitaciones en la presa de Guara.

Los saltos se hacen desde un puente de 7 metros.
Siétamo sigue el ejemplo de Bierge y también prohíbe saltar al río desde puentes y presas
Ayuntamiento de Siétamo

La prohibición impuesta el pasado verano de saltar desde la presa de Bierge para evitar posibles accidentes ha puesto en alerta a otros ayuntamientos del entorno que también cuentan con zonas de baño de río y donde el riesgo ha aumentado en los últimos años por la masificación de estos espacios.

Siétamo ha sido el primero en tomar medidas aprobando una modificación de su ordenanza de seguridad y convivencia ciudadana que, a partir de ahora, prohíbe saltar al río Guatizalema "desde cualquier elemento arquitectónico como puentes, taludes de hormigón...". Y es que en los últimos años los más jóvenes han puesto "de moda" tirarse desde el puente de la vieja carretera, que tiene unos 7 metros de altura, a una poza de apenas 3 de profundidad. El incumplimiento será considerado una infracción leve, castigada con un apercibimiento, trabajos en beneficio de la comunidad o una multa de hasta 750 euros.

"Se pueden hacer mucho daño"

Aunque de momento no han tenido que lamentar ningún percance, el alcalde de Siétamo, Vicente Crespo, asegura que esta práctica entraña un grave peligro "porque cuando le da la sombra al agua, ves perfectamente los troncos que hay desde hace 50 años cruzados en el fondo y si alguno se cae, se puede hacer mucho daño". Además, asegura que aunque empezaron con los saltos los chavales de 18 años "los más pequeños les siguieron detrás".

El principal objetivo de este cambio normativo es "intentar evitar que se salte desde el puente porque al final se va a accidentar alguno, y también concienciar a la gente de que un río no es una piscina donde tienes al socorrista sentado al lado por lo que si te pasa algo, pueden tardar mucho en prestarte asistencia".

En principio pensaron seguir el mismo ejemplo de Bierge y colocar carteles para avisar de la prohibición de tirarse, pero lo descartaron ya que la carretera que cruza el puente no es de su propiedad. Por ello, la Guardia Civil les sugirió que podrían incorporarlo a su ordenanza para tener un soporte legal sobre el que poder actuar. Y es que otro de los fines de esta iniciativa es eximir al Ayuntamiento de cualquier responsabilidad ante un posible siniestro. "Aquí no tenemos el volumen de bañistas de Bierge, pero si alguien se tira y se hace daño, lo que no puede hacer es echarle luego la culpa al ayuntamiento". Además, van a dirigirse al titular de la carretera para poder colocar también carteles.

La prohibición, no obstante, no solo se extiende al puente sino a otros elementos arquitectónicos situados en la ribera del Guatizalema como azudes y presas que permiten saltar también desde varios metros de altura "porque también se tiran desde una barandilla o desde una caseta".

El alcalde afirma que cada año llegan más bañistas de Huesca y de otras localidades, y de hecho el pasado verano había ocasiones que se juntaban hasta una docena de personas saltando a la vez al río. "No sé si fue porque no se podían tirar en Bierge pero se puso muy de moda", recuerda.

Vicente Crespo insiste en la peligrosidad no solo de los saltos "sino también porque el río, como todos, está sucio porque no se puede tocar el cauce para limpiarlo y cambia de un año para otro porque te puede bajar una riada que te deje un metro de grava con lo cual donde antes cubría tres metros ahora te cubre dos".

Bierge fue pionero colocando el año pasado señales que prohibían tirarse desde la presa del Alcanadre. Este verano, los carteles seguirán, pero se podrá volver a saltar bajo la única responsabilidad del bañista si se accidenta. Además, se restringirá el acceso y habrá un parquin de pago.

Las limitaciones de Bierge han supuesto un aumento de afluencia en zonas de baño cercanas como Pozán de Vero, ubicado a solo 20 minutos, que cuenta con dos pozas con saltos de entre 3 y 5 metros de altura. En una de ellas murió ahogado en el verano de 2008 un joven paquistaní de 22 años que resbaló y se cayó a la badina ya que no sabía nadar.

"A ver qué pasa este verano"

La alcaldesa, Rosa Marcos, reconoce que "no es comparable" a las cifras de bañistas de Bierge, "pero este verano llegamos a contar hasta treinta vehículos en una de las pozas, lo cual es una barbaridad porque tiene un aforo muy pequeño". Por ahora no se plantean tomar medidas para prohibir los saltos, "aunque podríamos poner una cadena y cortar el camino municipal". No obstante, reconoce que teme el efecto que puedan tener las nuevas limitaciones de Bierge "porque toda esa gente tendrá que ir a otro sitio y nosotros estamos muy cerca". "Vamos a esperar a ver qué pasa", resume.

Las pozas del Alcanadre en Angüés también están cada año más masificadas, como asegura el alcalde, Antonio Moreno, aunque en ese caso no hay peligro de caídas "porque no hay nada desde donde tirarse, todo es natural y si uno se sube a una piedra, eso no lo puedes prohibir", señala. No obstante, sí se queja de la suciedad y de los comportamientos incívicos "porque mucha gente lo deja todo deshecho, aparca mal y hay mala convivencia con peleas incluso". Pese a ello, de momento descartan restringir el acceso.

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