Alquézar cobrará entrada en las pasarelas del Vero, que se abrirán en menos de seis meses

Ya se puede recorrer el tramo original del paseo aéreo, pero la parte nueva, afectada por el derrumbe, seguirá cerrada.

La visita de los geólogos.
Alquézar cobrará entrada en las pasarelas del Vero, que se abrirán en menos de seis meses
Prames

La parte nueva de las pasarelas del río Vero, en Alquézar, permanecerá cerrada hasta que finalicen las obras de reparación de los dos tramos que se desplomaron como consecuencia de los desprendimientos ocurridos la pasada semana a causa de la gran cantidad de agua caída en esta localidad del Somontano.


Los trabajos todavía no tienen fecha para comenzar pero "se iniciarán tan rápido como se pueda porque es una prioridad", aseguró ayer el alcalde, Mariano Altemir, tras la reunión técnica celebrada en el Ayuntamiento de Alquézar con representantes de la DGA, la Diputación, la Federación Aragonesa de Montaña, la empresa Prames y los geólogos que elaboraron el estudio.


Como primera medida, se va a limpiar la zona de cascotes y se va a encargar un estudio técnico para proceder a la sustitución de los dos tramos derruidos. El estudio también revisará las condiciones de las pasarelas en su totalidad para garantizar la mayor seguridad al senderista, siempre teniendo en cuenta que se trata de una actividad en un barranco.


La duración de estos trabajos será de varios meses, entre tres y seis, explicó Altemir. Será el tiempo en el que el tramo nuevo de 470 metros lineales sobre el río Vero esté cerrado al público. Esta clausura no afecta al recorrido original, que ya se puede transitar una vez que el caudal del río Vero ha descendido.


La reunión dejó también sobre la mesa una importante decisión que atañe al uso y disfrute de este atractivo turístico. Se trata de su gestión por parte del Ayuntamiento, que se encargará de velar por la buena práctica del senderismo. Para ello contará con personal propio que advertirá a los visitantes si pueden realizar el recorrido o no en función de la meteorología (si hay lluvia, viento u otras inclemencias se cerrará); o de si los senderistas acuden con el calzado adecuado. También se prohibirá la entrada de mascotas.


Una novedad importante es que se cobrará entrada, como ya ocurre en otros senderos aéreos como el Caminito del Rey en Málaga. La recaudación se destinará a financiar el personal y las futuras reformas. Este sistema de gestión se establecerá en unos meses, mientras se hacen las obras.


Las medidas fueron consensuadas por todas las partes, que manifestaron la necesidad de regular un acceso tan frecuentado para evitar riesgos. No se ha evaluado el coste de los destrozos de los 30 metros de pasarelas. Tanto este como el del plan de gestión lo asumirán la DGA, Diputación y Ayuntamiento. "Tenemos claro que hay que revisar todo y dar seguridad, porque debemos gestionar un éxito. El dinero público invertido ha servido para que mucha gente acuda a realizar este sendero semiaéreo en un entorno natural privilegiado", explicó Mariano Altemir.


Por su parte, el geólogo Juan Ignacio Bartolomé, señaló que "el riesgo cero en montaña no existe y habrá que minimizar los efectos de estos procesos". "El río está lleno de piedras caídas y ya se sabía que en esa zona podía pasar, a pesar de que se realizaron labores de saneamiento antes de la apertura. Pero pueden ocurrir hechos excepcionales como esa cantidad de lluvia que en otra zona no hubiera causado tanto daño", añadió.

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