Un plan que prepara la DGA para la rana pirenaica prohibiría el barranquismo en 160 zonas

La rana pirenaica tiene rasgos morfológicos y ecológicos que la diferencian de la rana bermeja.
La rana pirenaica tiene rasgos morfológicos y ecológicos que la diferencian de la rana bermeja.
E. VIñUALES

La rana pirenaica, un anfibio que mide entre 3,5 y 5,5 centímetros, descrito por primera vez en 1993, tiene en jaque a ayuntamientos y empresas de turismo deportivo, por culpa de un proyecto de decreto para su conservación que restringe las actividades en municipios de la Jacetania, el Alto Gállego y el Sobrarbe. Entre otras cosas, prohíbe la práctica del barranquismo del 1 de febrero al 31 de julio en más de 160 áreas críticas para esta especie amenazada. El resto del año, obliga a tener autorización expresa del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental.


El proyecto de decreto del departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, que desarrolla el plan de conservación de la rana pirenaica y está siendo sometido a consultas previas con los afectados, ha levantado ampollas. El Partido Aragonés alertó ayer contra un documento que, a su juicio, "puede acabar con el barranquismo y otras actividades (como la pesca) en casi medio Pirineo". En un comunicado hizo un llamamiento a municipios, asociaciones y empresas para que presenten alegaciones.


La consejería considera esta alarma "precipitada", ya que está abierta la fase de consultas. "Se están teniendo reuniones con los implicados", afirmaron fuentes de la misma. Ya se ha celebrado una con los ayuntamientos y está prevista otra con el sector turístico, añadieron.


El ámbito de aplicación del plan incluye a 23 municipios pero solo establece áreas críticas donde estaría prohibido el barranquismo de febrero a agosto en 17. Los más perjudicados son Torla-Ordesa (con 41), Fanlo (27), Biescas (27) y Puértolas (19).


El proyecto recoge otras restricciones. Por ejemplo, el consejero, mediante una orden, podrá limitar o prohibir temporalmente "las actividades recreativas, turísticas y deportivas en las áreas críticas". Se descartan todos los proyectos que impliquen detracciones de caudales o canalizaciones de los hábitats de la rana y se obliga a someter a procedimientos de evaluación ambiental obras y actividades. Además, se eliminan todo tipo de repoblaciones piscícolas, incluida la trucha autóctona.


El PAR lo calificó de "radical, restrictivo y prohibitivo". "La medida sorprende por maximalista", declaró el alcalde de Biescas, el aragonesista Luis Estaún. Según advirtió, ataca a actividades de gran trascendencia económica, en "meses esenciales" de la temporada y en barrancos de alto interés turístico. Llega además en un contexto de malestar municipal por los recortes de ayudas en las áreas de influencia socioeconómica de los espacios protegidos. Algunos, como Biescas, incluso han quedado fuera.


Las empresas también se muestran "muy preocupadas". La Asociación de Turismo Deportivo de Aragón ha puesto la situación en conocimiento de todos los partidos políticos. También ha pedido una entrevista urgente con el consejero, Joaquín Olona, y le ha enviado una carta, y está preparando alegaciones. Su vicepresidente, Juan Bazán, confía en que se pueda dar marcha atrás a la regulación, pues el sector se vería gravemente afectado. En esos barrancos la actividad se desarrolla desde Semana Santa a septiembre, prácticamente todo el periodo de la prohibición y algunos de los incluidos en la lista son muy frecuentados.


Según Juan Bazán, tradicionalmente se han respetado las áreas del hábitat de la rana pirenaica, en coordinación con los técnicos. "Allí donde hay quebrantahuesos tampoco colocamos vías ferratas. Sabemos que hay que buscar el equilibrio porque vivimos de la naturaleza", explicó. El representante de las empresas se mostró partidario de buscar alternativas "para que la rana no se vea afectada, pero nosotros tampoco".

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