El temporal alivia la grave sequía en los embalses del Pirineo, aunque siguen por debajo de los niveles de un año medio

La crecida de los ríos se notó en Mediano y Yesa, pero no en Barasona, que se mantiene al 23%.

Los 35 hectómetros de más en Mediano no cubren la torre.
Los 35 hectómetros de más en Mediano no cubren la torre.
Rafael Gobantes

Los 294 litros por metro cuadrado registrados en 48 horas en el refugio de Pineta (Bielsa) dan prueba de la intensidad del temporal de lluvias que ha recorrido la Comunidad desde el domingo, y sobre todo el Pirineo. Las precipitaciones fueron más débiles ayer, pero los embalses continuaron absorbiendo las aportaciones de los ríos. Mediano ha aumentado su volumen en dos días un 37% y Yesa, casi un 20%. Un incremento que, sin embargo, apenas se ha notado, dado el bajo nivel de las reservas del final del verano.


"Son cantidades que empiezan a sumar, pero el agujero de Mediano, de El Grado y de La Sotonera es todavía muy grande porque desde mayo apenas ha llovido", señaló César Trillo, presidente de Riegos del Alto Aragón, principal usuario del sistema Gállego-Cinca. Los regantes acabaron el verano con la inquietud de ver los pantanos bajo mínimos, lo que los abocaba a un año hidrológico incierto. "Tiene que llover mucho más, pero por lo menos ya ha empezado, y todavía queda noviembre, la nieve y la primavera", comentaba Trillo.


El temporal, más intenso en la cabecera de las cuencas, conllevó una importante crecida, sin provocar afecciones graves. Solo hubo que desembalsar pequeñas presas. La Confederación Hidrográfica del Ebro no lo considera un episodio extraordinario, ya que había margen de resguardo suficiente para almacenar las nuevas aportaciones.


La cuenca más beneficiada por las lluvias ha sido la del Cinca. En Escalona, el nivel del río pasó de 0,7 a 3 metros en unas horas y de un caudal de 8 metros cúbicos por segundo a 295. Ayer por la tarde ya se estabilizó en 1,4 metros. La crecida hizo que Mediano incrementara su volumen en más de 35 hectómetros, un 37%. Aún así, no llega ni a una tercera parte de su capacidad. Con 124 hectómetros cúbicos está por debajo del promedio de los últimos años.


En la cuenca del río Aragón, Yesa ha recibido casi 12 hectómetros cúbicos, aumentando su reserva un 17%. En este caso también ha supuesto un alivio, pero no logra compensar el escaso volumen embalsado, después de una campaña de riego caracterizada por las altas temperaturas y las escasas precipitaciones.


Además de las cuencas del Cinca y el Aragón, el temporal también descargó con intensidad en el río Aragón. Sus embalses notaron las aportaciones: 2,5 hm3 en Lanuza, 3 hm3 en Búbal y 2 hm3 en la Peña. Sin embargo, pasó sin pena ni gloria por las cuencas más orientales, las del Ésera y el Noguera-Ribagorzana.


El embalse de Barasona, el que está en peor situación, apenas ha incrementado su volumen. Ha sumado tan solo 1,6 hectómetros, muy escasos teniendo en cuenta que en agosto se quedó casi seco. Ahora está al 23% de su capacidad, la mitad de un año normal.

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