Del huerto al plato, desde la guardería

En el centro Las Pajaritas de Huesca han introducido menús con productos ecológicos.

Varios niños del centro de educación infantil Las Pajaritas de Huesca comiendo.
Del huerto al plato, desde la guardería
R. C.

En el centro de educación infantil Las Pajaritas de Huesca tienen claro que el paladar también se educa, por eso desde este curso sus alumnos disfrutarán de judías, lechuga o brócoli recién llegado del huerto. En concreto del que posee la asociación Atades en la ciudad, cultivados de manera totalmente ecológica. “Al tener que renovar el contrato con la empresa que se encarga de la alimentación, decidimos optar por una que nos ofreciera este tipo de menús. La misma compañía llegó a un acuerdo con Atades para que fuera ellos los que suministraran los productos”, explica Paula Mingel, directora del centro, que antes sometió la idea a la aprobación de los padres, que aplaudieron la iniciativa.


Desde este mes de octubre se ha introducido en los menús mensuales diez platos que contienen algún elemento de verdura cultivada ecológicamente. “Hablamos con la propia empresa y con otros centros que ya habían optado por este tipo de alimentación, y nos aconsejaron que fuera esta cantidad, acotada, ya que optar por estos platos supone mayor cambio del que podemos imaginar”, asegura la directora de Las Pajaritas. “En el caso de los más pequeños, que comen triturados de verdura, también se respeta esa cantidad”, añade.


Porque el alumno más pequeños de la escuela cuenta con solo 4 meses. “Tenemos 82 pequeños, que en este momento van desde las 16 semanas hasta aquellos que a partir de enero empezarán a cumplir tres años y, por tanto, empezarán ya en el colegio en el mes de septiembre”, explica la directora.


Las Pajaritas ya trabajaban desde hace tiempo con la importancia y el valor de cultivar las cosas, a través de un pequeño huerto con el que cuentan en el patio, y que permite a los niños conocer de primera mano y ser partícipes de todo el proceso. “Tenemos tomates, pimientos, calabazas o ensaladas, y aunque sea de manera simbólica, los propios niños lo llevan cuando ya está maduro a las cocineras, para que vayan siendo conscientes de qué es lo que comen, como manera de que interioricen unos hábitos alimenticios saludables desde edades tempranas”, relata Mingel.


Por eso, plantea continuar con esta iniciativa e incluso ampliarla. “El convenio es de dos años y en un futuro nos gustaría poder aumentar la cantidad e incluso optar también por otros alimentos cultivados de manera ecológica, como la fruta”, concluye la directora de Las Pajaritas.

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