Uno de cada tres vehículos censados en Huesca tiene permiso de acceso a la zona peatonal

Hay casi 13.000 autorizaciones para entrar en el área urbana que hace tres años se restringió al tráfico.

Coches estacionados en la calle Zaragoza, una de las vías peatonales de Huesca.
Coches estacionados en la calle Zaragoza, una de las vías peatonales de Huesca.
Rafael Gobantes

La peatonalización del centro de Huesca ha cumplido tres años. El modelo, que limita el tráfico en 101 calles, se ha asentado entre vecinos, comerciantes y empresas de reparto, aunque sigue pendiente de ajustes. En estos momentos, hay 12.908 autorizaciones de paso a la zona restringida, lo que supone que uno de cada tres vehículos censados en la ciudad (33.603) puede circular por el área peatonal. El mayor número de permisos lo ostentan los residentes (2.658), seguidos de los usuarios de garajes (2.113) y de los repartidores a domicilio (1.930).


Aunque todavía se escuchan voces discrepantes, la opinión generalizada es que la peatonalización es positiva. "Lo negativo es que hay muchos conductores que no cumplen las limitaciones de paso, velocidad y aparcamiento así que la gente sigue yendo por la acera", apunta Susana Oliván, presidenta de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo. Es aquí donde están la mayoría de las calles peatonales. "Pero el flujo de coches se ha desviado a otras como Pedro IV y hay un auténtico problema. Hace un año que pedimos una reunión con el Ayuntamiento para abordar esta situación, pero no nos contesta", dice.


La presidenta de la Asociación de Vecinos de San Lorenzo, Cristina Betrán, insiste en que su barrio es el más castigado por la peatonalización porque "hay más aparcamientos de pago". Según apunta, hay comercios que han perdido clientela porque quienes utilizan el coche para ir a comprar se han sido a otras zonas con estacionamiento libre.


En cambio, José Manuel Ballarín, de la Asociación de Comerciantes y con una tienda en el Coso Bajo, asegura que "se vende más y en la zona peatonal están abriendo franquicias, que evitan que la gente se vaya a comprar a otras ciudades". Sí muestra su preocupación por la supresión de zonas azules en el paseo de Ramón Cajal, ya que es "una de las áreas que más dinamismo comercial está adquiriendo y tiene que haber rotación de vehículos". Este empresario no entra a valorar si son demasiados los coches que circulan por la zona restringida, pero sí denuncia el exceso de velocidad de automóviles y bicicletas en los tramos que aún están sin reurbanizar. En calles peatonales, la velocidad máxima es de 10 km/h.


Fernando Callizo, portavoz de una empresa de transportes, reconoce que la peatonalización "fue un shock". "Nos tuvimos que adaptar a algo que ya estaba vigente en Jaca o Zaragoza, pero hoy no dejas de hacer un reparto porque no puedas entrar", explica. En su opinión, lo que está descontrolado es el aparcamiento de camiones y furgonetas de carga y descarga junto a la zona estancial, que debería señalizarse.

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