En busca del secreto de la levitación

Científicos de todo el mundo se reúnen esta semana en el Centro de Ciencia de Benasque para estudiar este campo.

Foto archivo de un encuentro realizado en una edición pasada
Foto archivo de un encuentro realizado en una edición pasada
Fernando Paúles.

Al escuchar la palabra levitación la mente tiende a imaginar a David Copperfield volando sobre el escenario, incluso emulando a Superman con una voluntaria del público en brazos. Pero lo que durante esta semana se estudia en el Centro de Ciencia de Benasque poco tiene que ver con la ciencia ficción y los trucos. Durante siete días, expertos de todo el mundo se centrarán en las aulas del célebre edificio, con el fin de trabajar la aplicación de la ingeniería cuántica en los sistemas de levitación, y la posible aplicación de esta a otros campos.


“No se trata de mover coches ni personas, sino que estamos hablando de partículas muy pequeña, más incluso que una partícula de polvo. Aunque sí que son apreciables con un simple microscopio”, explica Gabriel Molina, uno de los organizadores del encuentro, junto al catedrático francés Mathieu Juan. Ambos trabajan conjuntamente en Australia diferentes avances en el campo de la mecánica cuántica. “Nuestro fin no es el de hacer flotar objetos, sino profundizar sobre el movimiento de partículas pequeñas”, añade, y explica que convirtiendo esto en ondas, se podría llegar a tener dos elementos a en dos sitios diferentes al mismo tiempo.


La luz láser, los campos eléctricos o los campos magnéticos son una constante estos días en las aulas del centro de ciencia. En total, son 54 investigadores los que desde este domingo ya llenan la localidad pirenaica. “Nosotros venimos de Australia, pero también hay colegas de Estados Unidos, muchos vienen de Europa...”, aclara Molina.En su mayoría son especialistas en física cuántica, pero cada uno cuenta con una especialidad o un estudio más pormenorizado en este campo, lo que convierte a esta semana en clave para que todos esos trabajos que se llevan a cabo en cada laboratorio se pongan en común.


“Se organizan una serie de ponencias a lo largo de las mañanas, centradas en temas más concretos, según se fijó en el programa. Pero de allí surgen grupos de debate que interaccionan en las aulas de trabajo, intentando poner en común los diferentes conocimientos para seguir avanzando”. Por tanto, el objeto de este encuentro es más el de seguir avanzando que el de alcanzar una meta fijada. Y es que, al ubicarse el centro en una población tan pequeña, la convivencia entre los participantes es total durante toda la jornada. “Compartimos el trabajo, pero también las comidas, las cenas o los ratos de ocio. Esto hace que la puesta en común sea mucho mayor”, explican los organizadores.


Muchos de los asistentes son visitantes frecuentes en el centro de Benasque, muy popular y alabado por los científicos. “Es un centro de mucha reputación en todo el mundo, ya que aquí se ha trabajado en muy diferentes cambios y se han logrado avances significativos”, añade Molina. A la hora de organizar este tipo de encuentros, la predisposición del centro y las facilidades que ponen son totales, explican. “Más o menos ya nos conocemos o nos tenemos identificados todos los que trabajamos en uncampo común. Es cuestión de enviar e-mails, cuadrar fechas, y a partir de allí, cuando ya hay una lista de participantes, construir el programa”, concluye Mathieu Juan, visiblemente satisfecho del desarrollo de esta cita en sus primeras jornadas, que se extenderán hasta el próximo sábado 1 de octubre.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión