Con el lanzamiento de los fuegos artificiales, Barbastro cerró la noche del jueves cinco días de fiestas en honor de la Natividad de Nuestra Señora. La tradición mandó en el inicio de la jornada, con la ofrenda de frutos y flores a la Virgen del Pueyo, que cada año va en aumento. Desde las 11.00 y hasta el mediodía, por el Paseo del Coso desfilaron cientos de barbastrenses y comarcanos ataviados con trajes regionales o con los colores distintivos de sus peñas. En el altar, sito en la plaza Aragón, se depositaron frutos y ramos de flores que más tarde se repartieron en el centro asistencial de Atades.

La asociación de amas de casa y consumidores se encargó de la celebración de este solemne acto, que reunió a numerosas autoridades locales, comarcales, provinciales, autonómicas y nacionales. La oración, que precede a la ofrenda, corrió este año a cargo de un miembro de la peña El Portal. Más de cuarenta asociaciones sociales, culturales o deportivas participaron en esta ofrenda, junto con numerosos vecinos.

A las 12.00, las amas de casa portaron la talla de la virgen hasta el altar de la Catedral, donde el obispo Ángel Pérez ofició la misa cantada. La nota discordante a estos festejos fue la ausencia de la corrida de toros, al declararse desierta la contratación. Los taurinos y varios ciudadanos mostraban su malestar por el vacío que suponía un día 8 sin toros.

Para tratar de llenar ese hueco, el Ayuntamiento programó un pasacalles de cuatro charangas (Fun Band, El Pincho, Somontano y Artistas del Gremio) que pusieron ambiente festivo y que concluyó en una merienda popular. La tradición volvió a estar presente al anochecer con el clásico concierto de La Ronda de Boltaña.