La restauración del claustro de Roda de Isábena tiene como objetivo recuperar el estado original

Los trabajos finalizarán en el mes de noviembre y tienen un presupuesto de casi 79.000 euros. La degradación del conjunto se aceleró por las filtraciones de agua de la cubierta.

Una restauradora realiza trabajos de recuperación en el claustro de la antigua catedral de Roda.
Una restauradora realiza trabajos de recuperación en el claustro de la antigua catedral de Roda.
Á. Gayúbar

Los trabajadores de la empresa Arte, Conservación y Restauración S.L. (Artyco), han comenzado a trabajar en la restauración de la arquería y de las paredes del lado norte del claustro de la antigua catedral de San Vicente de Roda de Isábena. La intervención, con un presupuesto de casi 79.000 euros, se prolongará hasta comienzos de noviembre.


La labor de los especialistas se centra en la recuperación "en lo posible" del estado original de este claustro catedralicio, uno de los mejores ejemplos del románico en el Alto Aragón, tanto en construcción como en su decoración. Se pretende asimismo garantizar su preservación en el futuro. Las obras están cofinanciadas por el Gobierno de Aragón y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Programa Feder).


Desde la Dirección General de Cultura y Patrimonio señalan que el tiempo y las sucesivas intervenciones, a veces poco acertadas, han llevado al deterioro del conjunto, afectando especialmente a los sillares con epigrafías que componen el necrologio que decora todo el claustro y que lo convierte en un espacio histórico y cultural excepcional. Las tareas de recuperación se han iniciado en el corredor norte, el más degradado, en una actuación que se ejecuta siguiendo un proyecto del arquitecto y restaurador Fernando Guerra-Librero de 2014.


"No hay otro claustro con semejante riqueza y no lo digo yo sino que todos los especialistas destacan tanto la abundancia y calidad como la unidad estilística de las inscripciones, fruto posiblemente de una escuela con sede en la catedral", sostiene el párroco rotense, mosén Aurelio Ricou. El sacerdote ha desarrollado en los últimos años una gran labor de concienciación en todos los ámbitos sobre el estado de esta galería y ahora se muestra "encantado" con el comienzo de los trabajos.


Las obras se van a prolongar un par de meses más en esta primera fase por su deterioro. "Esperamos que las siguientes prosigan en el resto del claustro sin mayores demoras", comenta el párroco, recordando que los trabajos llegaron a estar presupuestados hace unos años pero que el dinero no llegó.

La profesora de la Universidad de León María Encarnación Martín López, una de las mayores expertas mundiales en epigrafía medieval, ha destacado también la importancia de este claustro. Según dice, "la estética y calidad de los letreros supera cualquier otro conjunto de esta tipología" y destaca las letras distintivas "decoradas y sofisticadas" lo que, entiende, "confiere al conjunto dinamismo y armonía".


El claustro de la catedral de San Vicente cuenta con un total de 191 epígrafes lapidarios fechados entre los siglos XII al XV –el más antiguo es de 1143– que están repartidos en sus muros y en los arcos. Son inscripciones conmemorativas de canónigos y personal vinculado o benefactor de esta iglesia. Están labradas en piedra y muchas de ellas presentan restos de su policromía original. Según los expertos, todo ello supone uno de los conjuntos de inscripciones lapidarias medievales más rico y numeroso de los que se conservan en Europa.


El actual estado del claustro se debe al deterioro sufrido por el paso del tiempo y la exposición a los agentes atmosféricos, pero también a las sucesivas intervenciones soportadas desde el siglo XVII y, en especial, a las que se le realizaron a partir de 1942. Estas conllevaron la sustitución de algunas de las piezas originales y el tratamiento de muchas otras con materiales y productos inadecuados. Además, las obras de reconstrucción de la techumbre existente sobre la sala Capitular ocasionaron unas filtraciones y humedades que, en buena parte, han sido las causantes directas de la afección a varias de las inscripciones sepulcrales. Esta situación fue finalmente resuelta en el año 2011, pero generó una grave problemática que es la que se pretende corregir ahora.


El claustro de la antigua catedral de San Vicente fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1924, y es hoy Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento. También goza de figura de protección el resto del caserío de Roda de Isábena, cuya estructura urbana fue declarada en 1988 como Conjunto de Interés Cultural. Más de 17.000 personas visitan anualmente la que fue la sede obispal del antiguo condado ribagorzano y es hoy una de las localidades más bonitas del Alto Aragón.

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