Un joven se enfrenta a 20 años por el violento crimen de una mujer en Benabarre

El acusado trató de besar a la víctima y ésta se negó, lo que le llevó a golpearla con violencia.

Momento de constitución del jurado popular
Un joven se enfrenta a 20 años por el violento crimen de una mujer en Benabarre
Rafael Gobantes

Un jurado popular juzgará a partir de este lunes en la Audiencia de Huesca a un joven que se enfrenta a 20 años de prisión como presunto autor del asesinato de una mujer a la que sorprendió en una zona despoblada próxima a la localidad de Benabarre en la que la víctima tomaba fotografías.


Los hechos tuvieron lugar la tarde del 31 de marzo de 2013, en un barranco muy poco transitado en el que coincidieron la mujer, aficionada a la fotografía de paisajes, y su presunto agresor.


Según relata el fiscal en su escrito provisional de acusación, durante el transcurso de una breve conversación, el acusado, de 22 años, nacido en Lopera (Jaén) y residente en Benabarre junto a sus padres, trató de besar a la mujer en la boca y ésta lo rechazó.


En el forcejeo que se produjo instantes después, el joven tapó la boca y el rostro de la víctima, que le mordió en una mano para liberarse y tratar de huir a la carrera.


La acusación pública considera que el acusado, "ofendido" ante la reacción de la mujer, de 52 años de edad, y movido por el "ánimo" de causarle la muerte, cogió una piedra de grandes dimensiones y le asestó un fuerte golpe en la parte posterior de su cabeza.


Ya en el suelo, sin posibilidad de reacción alguna, el acusado hincó su rodilla en el abdomen de la mujer y le asestó un segundo golpe en la cabeza.


Ambos golpes, según el informe médico forense, no sólo eran "letales" sino que descartan una posible muerte debido a una caída accidental.


Posteriormente, añade el fiscal, el acusado arrastró el cuerpo hasta un arbusto, tiró la piedra utilizada para el crimen y otras manchadas de sangre a una zarzas cercanas y arrojó la cámara de fotos de la víctima en una balsa más alejada.


La acusación pública, a tenor de los informes periciales presentados, admite la presencia en el acusado de un trastorno esquizoide que, sin embargo, no le impedía ser "plenamente consciente" del delito cometido y de las consecuencias que tendría para él.


El fiscal tipifica los hechos como un delito de asesinato y pide para el acusado 20 años de prisión, prohibición de aproximación a los padres de la víctima y de residir en Benabarre durante 30 años y una indemnización de 80.000 euros.


Por su parte, el letrado de la acusación particular reclama una condena similar a la propuesta por la fiscalía aunque acentúa en su relato provisional de los hechos la violencia ejercida contra la víctima.


Aunque en las primeras comparecencias judiciales se negó a declarar, el joven, según asegura este abogado en su escrito, reconoció posteriormente la autoría de la agresión en todos los informes psicológicos y psiquiátricos que le fueron practicados.


Resalta, además, que la práctica totalidad de los informes realizados no detectan alteraciones orgánicas, sino un intento de simulación de cuadro psicótico beneficioso para su defensa.


Señala este letrado a este respecto que tras permanecer nueve meses en prisión, el acusado comenzó a intentar "justificar" el crimen tras alegar que había recibido un "mandato" para acabar con el supuesto "demonio" que llevaba la víctima en su interior.


La víctima, residente en Lérida, era conocida y apreciada en Benabarre por las labores solidarias que ejercía en la población, de las que se beneficiaba la propia familia del acusado, entre otras.

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