La nieve dispara el riesgo de accidentes en el Pirineo en el inicio de la campaña estival

Más del 70% de las intervenciones de salvamento se producen en los meses de verano. En 2015 se registraron 15 muertos.

Una pala despeja el camino en Astún.
Una pala despeja el camino en Astún.
Astún

Los montañeros han dejado los esquís y los crampones de invierno y empiezan las actividades estivales, sobre todo en senderos y barrancos. Sin embargo, el calendario engaña y a estas alturas del año todavía encontrarán nieve en abundancia, lo que aumenta el riesgo de tener un accidente. "A partir de 2.000 o 2.200 metros todavía queda nieve, y mucha", advierte el jefe de los grupos de rescate de la Guardia Civil, el teniente Darío Álvarez de la Cal, quien asegura que sigue siendo necesario el uso de material invernal para moverse por el Pirineo.


La reserva nival es diez veces superior a la del año pasado y duplica el promedio de los últimos cinco, según datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro. En algunas zonas, como la cuenca del río Aragón, la cifra llega a multiplicarse por 33. Y ello es debido sobre todo a que las nevadas más abundantes llegaron con retraso. De hecho, esta semana ha nevado en cotas altas varios días y el GR-11, el gran sendero de alta montaña, sigue teniendo una apariencia invernal, tal y como advierten desde algunos refugios. Hasta los ciclistas de la Quebrantahuesos se vieron ayer sorprendidos por la nieve en el puerto de Portalet.


La campaña Montaña Segura, de prevención de accidentes, impulsada por el Gobierno de Aragón, Aramón y la Federación Aragonesa de Montañismo, avisa de que esta circunstancia en el inicio del verano es causa de gran número de rescates. Es habitual verla en los recorridos de media y alta montaña en esta época, pero este año hay más. Aconseja estar "especialmente atentos", ya que supone mayor complejidad en la progresión de la ruta y obliga a llevar crampones para evitar un resbalón y piolet para autodetener la caída. También es un dato a tener en cuenta en los neveros sobre ríos y barrancos, puesto que el proceso de fusión puede ocasionar que cedan al paso del excursionista y provocar caudales importantes en los cauces.


"Un barranco que has cruzado sin problemas a las nueve de la mañana puede estar impracticable y ser inseguro en el regreso a las dos de la tarde, en días de mucho calor", señala la coordinadora de la campaña, Marta Ferrer. En esta época, en mayor o menor medida, siempre queda nieve "pero la gente lo desconoce o no lo tiene en cuenta", añade. Recomienda atender las recomendaciones cuando un paso está cortado. Por ejemplo, la dirección del Parque Nacional de Ordesa no abre el acceso a la Faja de Pelay hasta que no está completamente limpio. "Es un nevero muy pequeño, de 10 metros, pero la caída resulta mortal", señala Ferrer. El verano, dice, puede resultar engañoso por las elevadas temperaturas y las horas de luz, "pero en la montaña las noches son frías y ni en agosto hay que olvidarse la ropa de abrigo".

Llega el segundo helicóptero

La campaña estival de rescates va de mayo a octubre y en estos seis meses se producen tres de cada cuatro intervenciones de los grupos de montaña de la Guardia Civil. Según la media de las estadísticas de los 10 últimos años, cada temporada de invierno (de noviembre a abril) se registran 93, mientras que en verano hay 246, lo que representa el 72%. Del total de 388 rescates contabilizados el año pasado, 99 corresponden a la época invernal y 289 a la estival. En cuanto a fallecidos, hubo 20 en todo 2015 y 15 se produjeron entre mayo y octubre. "Acude más gente a la montaña y lógicamente hay más accidentes", señala el jefe de los Greim.


Por ello, el operativo se refuerza. Desde ayer está disponible el segundo helicóptero, con base en Benasque, encargado de apoyar a la unidad aérea de Huesca. Y a los aproximadamente 65 agentes de los grupos de Huesca, Jaca, Boltaña, Benasque y Panticosa se sumarán entre cinco y diez. "Hay días, en los fines de semana, en los que puede haber siete u ocho rescates", recuerda el teniente Álvarez de la Cal, un número que hace necesario ese segundo helicóptero. En el caso de los barrancos, lo que más trabajo da en verano, el apoyo aéreo agiliza las intervenciones, que por tierra suponen más tiempo dada la complejidad técnica del salvamento en estos estrechos.


Precisamente mañana, lunes, la Diputación Provincial de Huesca y la Universidad de Zaragoza firmarán un convenio para retomar el máster de Medicina y Rescate de Montaña, suspendido en 2013 por la negativa de la DGA a seguir apoyándolo económicamente. El acuerdo permitirá desarrollar hasta el año 2018 los estudios de formación de los sanitarios que acompañan a las unidades aéreas para prestar la primera asistencia a los accidentados sobre el terreno.

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