La Feria del Libro de Huesca supera con buena nota los tres primeros días

Solo la lluvia, habitual compañera del certamen, interrumpió hora y media la intensa actividad del fin de semana.

Con las habituales interrupciones de cada año por la lluvia, la Feria del Libro de Huesca ha superado el primer fin de semana con buena nota. No es año de ‘betsellers’ y el público reparte sus preferencias entre distintas obras y géneros. Los que acuden a firmar siempre tienen ventaja, como Luis Zueco, a quien se encomendó la inauguración el viernes, o Sandra Araguás. "El interés está muy diversificado, los lectores que se acercan a las casetas buscan cosas muy distintas", comentó José María Aniés, representante de la Asociación de Librerías de Huesca.


Entre el amplio abanico a destacar, Aniés habló del ‘Manual para mujeres de la limpieza’, de Lucía Berlín; ‘París-Austerlitz’, del malogrado Rafael Chirbes; o el cómic sobre la vida del artista y político oscense Ramón Acín, ‘La bondad y la ira’, de Juan Pérez (guión) y Daniel Viñuales (ilustración).


Como no, la lluvia ha sido protagonista. El sábado por la tarde hubo que cerrar las casetas una hora y media, aunque la plaza porticada ofreció el cobijo necesario para disfrutar del espectáculo musical de Joaquín Carbonell y Los 3 Norteamericanos.


El sol volvió a lucir ayer y la jornada festiva propició un buen ambiente en la plaza de López Allué. Firmaron ejemplares Saúl M. Irigaray, Mariano Seral, José Solana, Juan Cruz, Diego Neira, Mauricio Delgado, José Antonio Adell y Luis Martínez Comín. Este último presentó su libro ilustrado dedicado al Quijote y Aragón, ‘Ilustraciones sobre dichos y andanzas de don Quijote y Sancho Panza’ (publicado por Prames), muy oportuno en el cuarto centenario de la muerte de Cervantes. Este médico radiólogo, que ha hecho de la ilustración y la pintura su afición, se plantea como próximo reto dibujar ‘Poeta en Nueva York’, de Lorca.


"La gente dice que lee mucho, pero no es verdad", comentó, sobre todo cuando se trata del Quijote. Ahora, con más tiempo, "por la edad", él se ha dedicado a profundizar en el libro. No es necesario leerlo de un tirón, señaló, porque "lo abras por donde lo abras, tiras un poco para adelante y un poco para detrás y tienes una historia hilvanada".


La jornada de ayer también sirvió para dar a conocer otros dos libros de Prames: ‘41 excursiones circulares por el Pirineo’, de Juan Cruz o ‘Los amantes de Chistau’, de José Solana. También se presentaron ‘A batalla de Sibirana’, de Mauricio Delgado, y ‘El despiste de Dios’, de Diego Neria.

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