​Un verano muy jotero

?La agrupación Estirpe de Aragonia oferta un campus infantil sobre el folclore.

Varios niños, en los talleres.
Varios niños, en los talleres.
Estirpe de Aragonia

Un mantón con bolsas de basura y goma eva, una guitarra con el cartón de las cajas de zapatos o elaborar una bandera aragonesa con macarrones pintados son algunas de las actividades que propone el campus de verano que organiza la agrupación Estirpe de Aragonia. Durante diez días, los más pequeños realizan diferentes talleres tanto prácticos como teóricos en torno al folclore. “Este año celebramos la tercera edición, en cuyos contenidos todavía estamos trabajando. La primera entrega la dedicamos exclusivamente a la jota, y la segunda, al folclore nacional, de manera más general, repasando y conociendo los dances de cada comunidad autónoma”, explica Marta Callén, encargada de la escuela dentro de la agrupación, y coordinadora del campus.


En esta ocasión, se celebrará a partir del martes 22 de junio, el día después del final del curso escolar, y se extenderá hasta el comienzo del mes de junio. Aunque la mayoría de sus integrantes son niños que acuden todo el año a la escuela de canto y baile, la actividad está abierta al público en general, “también para aquellos que quieran tener su primera toma de contacto con la jota”, concreta Callén.


Las jornadas en el campus comienzan con la parte más teórica, enfocada al tema que elegido. “Por ejemplo, repasamos los instrumentos que integran una rondalla, las características de cada uno”. Después, se llevan a cabo talleres de manualidades. “En ese caso, elaboraríamos nuestra propia bandurria”, puntualiza la coordinadora del campus. Y tras el almuerzo tienen lugar las actividades más dinámicas, y esperadas por los pequeños, con juegos en la zona exterior, entre los que se incluye el canto y el baile. También se preparan algunas salidas, como a la piscina próxima.


“Al final del día, los niños vuelcan todo lo que han ido haciendo a lo largo de la jornada en un blog, en el que también incluimos fotografías, para que los padres puedan ir viendo el trabajo que vamos realizando”, añade Callén. Los participantes tienen edades comprendidas entre 4 y 12 años.


Respecto a cómo surgió la idea de hacer un campus de una temática tan poco habitual, Callén explica que los integrantes de Estirpe de Aragonia fueron teniendo hijos, y apareció la necesidad, como en todas las familias, de hacer algo con los niños para entretenerlos en los días de vacaciones. “Planteamos hacer alguna actividad desde la propia agrupación, dándole continuidad, además, al trabajo que hacemos en la escuela durante todo el año”, aclara su coordinadora.


Actualmente, son en torno a 80 los pequeños que pertenecen a la escuela, y acuden semanalmente a la sede de la agrupación, situada en el número 2 del pasaje Jilgueros, que es también el espacio elegido para la celebración del campus.

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