De tu armario al mío

Un mercadillo de segunda mano en Huesca presenta un lugar de compra y venta con marcas de ropa o prendas ‘vintage’.

Mercadillo de ropa de segunda mano en Huesca
Mercadillo de ropa de segunda mano en Huesca
R. C.

Es tiempo de cambiar la ropa de invierno por la de verano en el armario, y en muchos casos aparecen prendas a las que no se les ha dado demasiado uso, aunque se encuentren en perfecto estado. Con la premisa de poder darles una salida a toda esa ropa nació el mercadillo de segunda mano que hasta el día 3 de mayo permanecerá instalado en el Space Craft de la tienda Carita Bonita de Huesca. “No se trata de donar las cosas que se han pasado de moda o que están viejas, sino de sacar beneficio a prendas que sabes que, por el motivo que sea, no vas a ponerte demasiado”, explica Eva Naval, encargada del comercio, que aboga por instalar en la ciudad la ‘cultura’ de este tipo de prácticas, poco habituales en Huesca. “No tenemos todavía mentalidad de poder encontrar gangas y oportunidades en ropa de segunda mano, sino que la asociamos a no tener demasiados recursos”, lamenta.


De hecho, relata Naval, durante la semana que ya ha permanecido abierto, han pasado clientes de otros países en los que estas tiendas son habituales, y se les percibe otra predisposición. “Vinieron varias chicas de Holanda, Francia y Alemania, y ves que se prueban mucho más y ‘rebuscan’ en todas las perchas”, asegura.


Camisetas de Custo Barcelona, sudaderas de Nike, zapatillas de Converse, pero a un precio mucho más reducido del que puedes encontrar en la tienda, junto a elementos ‘vintage’ rescatados del fondo del armario, pero en muchos casos de moda otra vez. “Algunas conservan todavía hasta la etiqueta o en el caso de los zapatos, la caja”, puntualiza Naval. También hay otras prendas procedentes de establecimientos con precios más bajos, que pueden encontrarse en el mercadillo a partir de los tres euros. “Lo que más se vende son partes de arriba, sobre todo camisetas”.


El procedimiento para participar como vendedor consistía en aportar unas 50 prendas, entre las que también se podían incluir complementos, con un coste de 10 euros en concepto de alquiler del espacio. “Hacemos una selección con las prendas que están en mejor estado, y el propio dueño fija los precios al que quiere ponerlas a la venta”, dice la diseñadora oscense. Después, la organización del mercadillo se queda el 10% del importe..


Respecto al perfil de los vendedores, Naval considera que suelen ser chicas, con mucha ropa en el armario, y que en muchos casos ponen a la venta esas prendas por las que pagaron bastante pero a las que luego no han dado demasiado uso y quieren recuperar por lo menos una parte. Aunque también han participado chicos, pues una parte del local se reserva a ropa masculina.


Con la inestimable ayuda de las redes sociales –“no hay nada como colgar una foto para que llegue alguien al día siguiente a por ella”-, Naval quiere darle continuidad a la iniciativa con cierta periocidad, con el fin de que poco a poco se vaya animando más gente a vender y a buscar oportunidades. “También he pensado hacerlo con ropa de niños pequeños, porque en el caso del los más pequeños no suelen desgastarse demasiado, ya que crecen rápido”, adelanta Naval, aunque quiere darle más continuidad a la de adultos, para construir una ‘clientela’. Por ahora, la segunda edición supera todas las expectativas, que han llevado a prolongar su apertura hasta el 3 de mayo.

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