La expedición a la Antártida se prepara en el valle de Benasque

El Ejército aprovecha el hielo y la nieve para los ejercicios de la Fase de Montaña.

Los expedicionarios durante un ejercicio de las maniobras.
Los expedicionarios durante un ejercicio de las maniobras.
Brilog

Los 13 integrantes del Ejército de Tierra que formarán la dotación de la Base Antártica Española ‘Gabriel de Castilla’ en la próxima campaña del verano austral (partirán en diciembre) perfeccionan en el valle de Benasque sus conocimientos teóricos y prácticos para desenvolverse en condiciones de frío, hielo y nieve. La población, para la realización de diferentes actividades teóricas y de manejo de quads, y los entornos de La Renclusa o el glaciar del Aneto, en el Parque Natural Posets-Maladeta, son algunos de los escenarios del operativo, que se desarrollará hasta el próximo viernes.


El jefe de base de la que será la trigésima campaña antártica, el comandante Daniel Vélez, señala que se ha elegido el Valle de Benasque debido a que en la época del año en que estamos es difícil encontrar en nuestro país condiciones de hielo y nieve adecuadas para su realización. "Realizamos una Fase de Montaña en la que hacemos prácticas de movimiento en condiciones invernales y utilizamos las técnicas y materiales que vamos a usar en la isla", explica, señalando que no todos los integrantes de la expedición tienen experiencia en movimiento invernal, por lo que estos ejercicios son de especial importancia.


En estos días, los futuros expedicionarios están recibiendo una intensa formación teórica y práctica sobre normas de seguridad, primeros auxilios, conducción de quads, utilización del GPS, nudos, empleo de material específico de montaña como raquetas, piolets o crampones, técnicas de anclajes en nieve, recuperación en grietas y montaje de tiendas.Fase de navegación

Tras la Fase de Montaña, los integrantes de la expedición española realizarán otra de navegación, centrada especialmente en el manejo de las lanchas zódiac, y otra de coordinación con los integrantes de la anterior expedición, además de las particulares e individualizadas para cada uno de los puestos que van a cubrir en la base que exigen el conocimiento y el manejo de materiales muy específicos.


Con las necesarias medidas de seguridad, todo ello les permitirá desenvolverse por el terreno que se van a encontrar cuando desembarquen el próximo mes de diciembre en la base española de la isla Decepción, ubicada en el archipiélago de las islas Shetland del Sur, a escasos 100 km al norte del continente antártico y a más de 1.000 de la costa sudamericana más próxima. En el grupo hay especialistas en comunicaciones por satélite, mantenimiento, navegación, alimentación, medio ambiente, movilidad en nieve o medicina.


Allí, en pleno verano austral, se enfrentarán a temperaturas de hasta 16 grados bajo cero, fuertes rachas de viento que hacen bajar sensiblemente la sensación térmica, frecuentes cambios bruscos de las condiciones meteorológicas y al riesgo de convivir junto a un volcán activo. La labor de los expedicionarios españoles consiste en desarrollar una amplia gama de investigaciones sobre aspectos como la sismología, la geofísica, la biología marina, el medio ambiente, el movimiento y la degradación del permafrost o las comunicaciones por satélite.

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