Aragón y Cataluña estudian regular el Camino Natural de Montfalcó por la masificación

La afluencia de senderistas se ha disparado un 140%. "Ha sido un revulsivo turístico, y queremos cuidarlo".

La parte catalana de la ruta discurre por el congosto de Montrebei, un desfiladero de película muy frecuentado.
La parte catalana de la ruta discurre por el congosto de Montrebei, un desfiladero de película muy frecuentado.
Fundación La Pedrera

Morir de éxito. El Camino Natural de Montfalcó a Montrebei, que une las dos orillas del río Noguera-Ribagorzana o lo que es lo mismo, Aragón y Cataluña, se ha popularizado hasta el punto de que los municipios de uno y otro lado se plantean llevar a cabo algún tipo de regulación para afrontar la creciente masificación. Esta ruta de vértigo, con puentes colgantes, escaleras colgadas de paredes de 400 metros y un camino excavado en la roca casi suspendido sobre el río, figura en algunas listas entre los diez senderos más espectaculares de España.


Los alcaldes de Viacamp y Litera y Puente de Montañana, por parte aragonesa; y de Ager y San Esteve de la Sarga, por la catalana, así como las comarcas de la Ribagorza y del Pallars Jussá mantuvieron un primer encuentro recientemente en Ager. Sobre la mesa, los problemas surgidos en fechas como la pasada Semana Santa, cuando "acude más gente de la que el espacio puede absorber", comentó uno de ellos. Los responsables municipales están preocupados por que se comprometa la calidad del paisaje y el disfrute del visitante, ya que se ha convertido en un recurso turístico para la zona y los senderistas llenan los alojamientos y los restaurantes.


De momento no se han propuesto acciones concretas, "es una primera toma de contacto", pero se estudia la regulación de los aparcamientos, los accesos y el tránsito por los tramos más problemáticos, así como la mejora de la información al visitante. Los alcaldes se han emplazado a otra reunión a la que invitarán a otros organismos implicados, como la Confederación Hidrográfica del Ebro o la Fundación Cataluña La Pedrera, que gestiona la reserva de Montrebei. Se debe tener en cuenta que son caminos públicos y con numerosas entradas por tierra, y también por el agua, a través de los embarcaderos del pantano de Canelles.


El contador situado en uno de los puentes registró en 2015 84.614 visitantes, un 140% más que en 2012, cuando lo recorrieron 35.238. Ha habido días con más de 1.500. En parte, este incremento se explica por las obras realizadas en Montfalcó, en la parte aragonesa, en 2013, con una inversión pública de 700.000 euros. "La gráfica de visitas va en aumento", afirma Ricard Losarcos, responsable de uso público del área de Territorio y Medio Ambiente de la Fundación Cataluña La Pedrera. El parquin ubicado en esta parte, para más de 100 vehículos, se desborda en fechas concretas, como los puentes festivos.

"Poner un poco de orden"

La Fundación incluso se planteó hacer reservas por internet o informar en las redes sociales cuando se llenara. El acceso al camino es libre, aclara Losarcos, no se puede poner barreras, "pero sí a los vehículos". Para evitar problemas de orden público, se planteó a los ayuntamientos y a Protección Civil habilitar más zonas de aparcamiento.


"La idea es regular, más que el tránsito de personas, el de coches. El parquin se llena y la gente aparca en la carretera. Se trataría de poner un poco de orden. Antes ya había muchas visitas, pero desde que están las escaleras se ha disparado", declara el alcalde de San Esteban de la Sarga, Jordi Navarra. Otra preocupación son las actividades acuáticas, por el uso de embarcaciones a motor en el embalse, ya que el ruido podría distorsionar los valores naturales de la ruta.


"Debemos ponernos de acuerdo", dice el de Viacamp y Litera, Alfredo Pociello, quien asegura que el camino de Montfalcó está suponiendo importantes beneficios en la zona. "Nunca había venido tanta gente a pasar el fin de semana. Se ha notado en toda la comarca, hasta en Benabarre", afirma. También en Puente de Montañana, un pueblo de un centenar de vecinos con cuatro hostales y varios restaurantes. "Está siendo un revulsivo turístico y debemos cuidarlo", señala la presidenta de la comarca de la Ribagorza, Lourdes Pena.

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