Han pasado casi tres años desde las inundaciones del Ésera, y Castejón de Sos sigue sin contar con una zona de acampada que sustituya a la que arrasó la riada. El campin Alto Ésera no logró permiso de reapertura dada su cercanía al río, lo que supuso perder una población flotante de 800 personas en los meses de verano. Pero el Ayuntamiento no renuncia a contar con una infraestructura fundamental para el sector turístico de la localidad, por lo que ha buscado un nuevo emplazamiento más alejado.

Ahora, está más cerca de conseguir su objetivo. El Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) le ha dado el visto bueno al estudio de viabilidad promovido por el municipio para la construcción de un nuevo campin en el paraje Prau Ral, un suelo con uso mayoritario de pastizal cercano al del Alto Ésera pero más retirado del río. La capacidad se estima en un máximo de 1.200 usuarios y el conjunto de instalaciones y equipamientos ocupará una superficie de 52.000 metros cuadrados. Habrá 85 parcelas para tiendas, 200 para caravanas y 44 unidades de bungalós.

"Ya sabemos que en esa parcela puede haber un campin. Era lo más importante", señaló el alcalde, José Manuel Abad. Tras la riada, se buscó una ubicación más segura y se encargó un estudio de viabilidad para ver si cumplía los requisitos. La Confederación Hidrográfica del Ebro y Urbanismo dieron el visto bueno, pero las autoridades medioambientales lo condición a la realización de un estudio de impacto.

Superado este trámite (la resolución favorable se publicó la semana pasada en el Boletín Oficial de Aragón), todavía queda mucho camino por recorrer, aseguró el alcalde. Ha conseguido financiación para llevar hasta allí la electricidad y posteriormente hará lo mismo con el agua y la red de saneamiento. Además, será necesario redactar un proyecto básico de construcción. El Ayuntamiento debe definir también la fórmula de explotación, porque tiene claro que no lo gestionará directamente.

"Estuvimos esperando que la iniciativa privada se interesara por abrir un nuevo campin, pero al no haber nadie, aprovechamos una parcela municipal y lo promovimos nosotros, pensando que así sería más fácil que alguien pusiera en marcha el negocio", explicó el alcalde. Sea cual sea la fórmula, añadió, "la prioridad es el interés general, dotar a la población de una infraestructura turística". El alcalde lamenta que próximo verano será el cuarto sin zona de acampada, pero confía "en que no se prolongue mucho más".

Una fuente de ingresos

El estudio de impacto ambiental valora los efectos socioeconómicos positivos al tratarse de una importante fuente de ingresos para el sector servicios del municipio. También la ubicación fuera de la Zona de Flujo Preferente del río Ésera. El documento incluye un apartado específico relativo al desmantelamiento y restauración del campin en desuso, en el que se incorpora la previsión de aprovechamiento de la red de saneamiento y abastecimiento (agua y electricidad) para el nuevo, la conservación de las instalaciones deportivas y la demolición o inutilización de aquellos edificios e infraestructuras que no puedan aprovecharse, así como la restauración de varias zonas, procurando integrarlas en el entorno para la creación de una zona verde.

Y es que al mismo tiempo que se ha buscado otro emplazamiento, Castejón de Sos ha trabajado en la conversión de los terrenos del antiguo campin en una zona deportiva y de ocio, aprovechando que se trata de un amplio espacio y puede reutilizar algunas instalaciones, como las duchas y los lavabos. Ya ha preparado un memoria para ejecutar el proyecto en distintas fases. Asimismo, llegó a un acuerdo con la empresa que lo explotaba para rescindir el contrato de arrendamiento y liberar el suelo.