El Canal de Aragón y Cataluña y la CHE probarán el riego a goteo subterráneo

El ensayo, en Tamarite, durará nueve años y se inicia para avanzar en el uso eficiente del agua y el ahorro de energía.

José Luis Pérez y Raimundo Lafuente (bajo el paraguas), junto al mecanismo para instalar las tuberías.
José Luis Pérez y Raimundo Lafuente (bajo el paraguas), junto al mecanismo para instalar las tuberías.
C. S.

Los regantes del Canal de Aragón y Cataluña siguen indagando en la búsqueda de los métodos de riego más eficientes tanto para el uso del agua como en la reducción de costes energéticos. Estos son los principales objetivos de la experiencia que han iniciado en la granja agronómica de La Melusa (Tamarite de Litera), con la colaboración de la Confederación Hidrográfica el Ebro (CHE) y de dos empresas –Regaber e Hidromatic–, dedicadas a sistemas de riego, consistente en estudiar el comportamiento del goteo subterráneo en cultivos herbáceos extensivos.


El presidente de la CHE, Raimundo Lafuente, y el presidente del Canal de Aragón y Cataluña, José Luis Pérez, firmaron ayer en la sede de los regantes, en Binéfar, un protocolo para el desarrollo de tecnologías relacionadas con el regadío y, en concreto, para comprobar las bondades e inconvenientes del goteo subterráneo adaptado a las tierras y cultivos de la zona.


Para el ensayo, que durará nueve años, se han elegido seis parcelas, en dos hectáreas de terreno, donde se alternarán cultivos de alfalfa, maíz y cereal de invierno, con maíz o girasol de segunda cosecha, para los que se ha instalado este sistema de riego, uno a 25 y otro a 35 centímetros de profundidad, con una red de mangueras portadoras de goteros –cada 50 centímetros– separadas por un metro de distancia.


Según los técnicos, las ventajas de este sistema son que necesita menos presión –aproximadamente la mitad– que los riegos por aspersión, los más tradicionales en cultivos extensivos, y por tanto supone un ahorro energético "considerable", señalan, así como de agua porque tiene menos pérdidas.


Lo que quieren comprobar los técnicos con este estudio es si este ahorro compensa el mayor coste de la instalación –por encima de los 3.000 euros por hectárea–, respecto a los aspersores, y que su caducidad es a 10 años vista, en lugar de a 25. Las mayores dudas son si el goteo subterráneo se adaptará bien a las segundas cosechas, además, no es factible para todo tipo de terrenos y exige un laboreo más superficial, al estar los tubos enterrados a poca profundidad. Entre las ventajas se cuenta el ahorro de agua ya que frente a los 10 litros por metro cuadrado –por dos horas– de un aspersor, con el goteo subterráneo serían suficientes 6,4 litros para el mismo periodo de riego, ya que no se generan tantas pérdidas.


El presidente del Canal de Aragón y Cataluña, José Luis Pérez, insistió en que esta iniciativa forma parte del gran proyecto iniciado hace unos años para "el ahorro del coste energético o para su eliminación total allí donde se pueda". Pérez se refirió al sistema que se ensaya como "riego de tercera generación". Raimundo Lafuente anunció la intención de la CHE de ampliar estos convenios de investigación con la Universidad y otras entidades.

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