Sabiñánigo dispone por primera vez de una red de control que mide el lindano en el aire

Calidad Ambiental instala captadores de gases y polvo en cinco puntos. El sistema funcionará un mínimo de 12 meses para hacer una radiografía de la situación antes de desmantelar la fábrica.

Los medidores. A la unidad móvil de control, instalada actualmente en el recinto deportivo de La Corona (arriba), se ha sumado ahora una red de captadores fijos que miden la concentración de organoclorados.
Los medidores. A la unidad móvil de control, instalada actualmente en el recinto deportivo de La Corona (arriba), se ha sumado ahora una red de captadores fijos que miden la concentración de organoclorados.
Rafael Gobantes

La dirección general de Calidad Ambiental del Gobierno de Aragón medirá la contaminación atmosférica del municipio de Sabiñánigo a través de un sistema de captadores de gases y polvo. Anteriormente se habían realizado muestreos puntuales para ver la concentración de lindano en el aire, pero ahora por primera vez se instala una red de aparatos de medición, colocados estratégicamente en distintos puntos de la ciudad, que permanecerá operativa durante 12 meses.


Técnicos del departamento, con la colaboración del Ayuntamiento de Sabiñánigo, realizaron la instalación de los aparatos hace unos días. El objetivo es la caracterización del blanco ambiental para conocer la situación actual en cuanto a la presencia de organoclorados en el aire. Según Juan Carlos Rabal, jefe del servicio de Control Ambiental, dependiente de la consejería de Vertebración del Territorio y Sostenibilidad, se trata de hacer un modelo de las concentraciones de fondo y la circulación atmosférica, en función de las diferentes situaciones meteorológicas, para prever cómo y cuánto pueden influir las futuras obras de desmantelamiento de la fábrica de Inquinosa y la descontaminación del suelo donde esta empresa estuvo produciendo lindano (un organoclorado usado como pesticida) en los años setenta y ochenta, y así determinar las medidas correctoras necesarias.


En la operación de limpieza de la antigua factoría, el Gobierno de Aragón prevé una inversión de más de 10 millones de euros. La mayor complicación es la cercanía a la población, ya que las instalaciones, abandonadas desde 1994, están en una zona industrial del casco urbano.Muestreo en cinco puntos

Los muestreadores se han colocado en cinco puntos, estratégicamente situados. Uno es la zona deportiva de La Corona, aunque Juan Carlos Rabal aclaró que la elección de las localizaciones no tiene que ver con el uso social de cada sitio sino con parámetros científicos. También se ha tenido en cuenta que sean zonas de propiedad pública, de más fácil acceso. En total hay 12 aparatos: cinco captadores de organoclorados para medir la presencia de gases en el aire, otros tantos para las partículas sólidas sedimentables y un último de partículas finas.


En cuando a los primeros, consisten en unas esferas rellenas de una espuma especial que absorben las moléculas en fase gaseosa presentes en el aire circundante. Se retiran cada cinco semanas para sustituirlas por otras y analizar en el laboratorio las concentraciones.


Los cinco captadores de partículas sólidas están en las mismas ubicaciones que las anteriores e igualmente se recogen periódicamente las muestras. El último es un captador de partículas con diámetro superior a 10 micras que se ubica durante 24 horas, una vez al mes, en cada una de las cinco localizaciones anteriores.


"Con todos estos análisis se dispondrá de la información sobre la concentración de organoclorados en el aire de Sabiñánigo en todas sus formas posibles: fase gaseosa, fase sólida gruesa y fase sólida fina", explicó el responsable de Control Ambiental. Los captadores funcionarán un mínimo de 12 meses para poder hacer la radiografía de la contaminación del aire antes de proceder a desmantelar la fábrica.Una unidad móvil

Además, desde 2013 permanece en Sabiñánigo una unidad móvil de control continuo. La dirección general de Calidad Ambiental dispone de dos furgonetas de este tipo en todo Aragón: una se mueve por distintos puntos y la otra lleva más de dos años fija en esa ciudad, primero en el parque Pirenarium y ahora en la zona deportiva de La Corona.


Según aclaró Rabal, aunque ya se dispone de una red más extensa y la medición se prolongará en el tiempo, la unidad móvil ha permitido ir analizando las concentraciones. Aseguró que nunca se han superado los máximos permitidos en el aire, que han estado hasta 30 veces por debajo de los niveles de HCH autorizados por la norma más estricta.


El episodio de contaminación más grave se produjo en septiembre de 2014, pero no afectó a Sabiñánigo. Casi una decena de localidades de la ribera del Gállego, aguas abajo, se quedaron sin suministro por las altas concentraciones del pesticida. La fuga procedía del barranco de Bailín que cruza el vertedero. Los efectos del traslado de más de 400.000 toneladas de residuos también se notaron en el ibón de Sabocos (Panticosa), a 30 kilómetros y a 1.900 metros de altitud, ya que los niveles de lindano en sus aguas se multiplicaron por 10.

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