El 'Gran Hermano' de las grullas

Todos los focos están ya fijados en las grullas que a partir de esta semana se espera que pasen por la alberca de Alboré, ubicada junto a la localidad de Montmesa, en Huesca. Ellas son las grandes protagonistas durante este mes, en el que atraviesan los Pirineos cumpliendo con su flujo migratorio, en el que se trasladan desde el norte de África y la Península Ibérica, donde pasan el invierno, hacia el norte de Europa, donde habitan en los meses de verano, en países Alemania, Finlandia, Noruega o Estonia. Por eso, su paso por este humedal oscense se convierte en el mejor momento para contemplarlas, contarlas y estudiar el camino que siguen, en un control total que realizan desde el centro de interpretación de la naturaleza de Montmesa, que invita a sus visitantes a colaborar en las tareas del censo de las aves.

“Es un espectáculo muy bonito, tanto visual como sonoro, digno de ver. Por eso queremos que la gente pueda venir a contemplarlo, además de ayudarnos en la tarea de controlar a los animales”, explica Pablo Vallés, responsable del centro. Todos los fines de semana hasta el próximo 13 de marzo a partir de las 8.00, los visitantes que lo deseen podrán participar en el censo de las aves. “Una de las preguntas más frecuentes de la gente que pasa por el centro es la de cómo contamos las grullas, así que nuestra propuesta es que lo conozcan de primera mano”, añade.

Un proceso en el que la práctica, según apunta Vallés, es la clave. “La mejor manera de hacerlo es a distancia, cuando están en vuelo en forma de uve, porque se ve más claramente. Van siempre en grupos múltiplo de 25, por lo que si tienes costumbre, de un barrido puedes calcularlo”.

En las actividades preparadas para este fin de semana las observaciones se dispondrán desde diferentes puntos muy lejanos, con el fin de poder no solo contar el número de ejemplares, sino también ver el camino que siguen desde la laguna de Gallocanta hasta parar la alberca de Alboré. “Cuando hace viento vemos como hacen una pequeña vuelta, sobrevolando Huesca. Es ese tipo de cosas las que queremos controlar, para hacer una análisis más exhaustivo”.

En total, se calcula que serán unas 270.000 grullas las que atraviesen los Pirineos, en busca de temperaturas más suaves. “Montmesa se convierte en una especie de cuello de botella que la convierte en el lugar idóneo para que las aves paren a descansar en su viaje, y hace que sea perfecto para su estudio”, señala Vallés.

La invitación a participar en el recuento de las aves se extiende principalmente a amantes de la naturaleza y a familias. “Tanto los censos como los anillamientos resultan muy atractivos para los niños, que pueden ver de cerca estos animales de colores tan atractivos y tan grandes”, y para que esto no perturbe el descanso de las aves, desde el centro se ha reclutado un peculiar ejercito de ‘Vigilantes de las grullas’. “Visité el colegio de Lupiñén, invitando a los alumnos a venir con sus padres y amigos a controlar y aconsejar a los visitantes, ya que muchas veces se acercan demasiado para hacer fotos, sin saber que eso es contraproducente, porque son animales salvajes y se asustan y se van”, aclara Pablo Vallés.

“Tiene un doble fin, ya que los niños no solo nos ayudan con esta tarea, sino que también sirven para concienciarlos, para que se conciencien y vean las grullas como algo suyo, que hay que proteger y cuidar”, añade.

Para que todo el mundo pueda participar en el censo durante la migración, aunque no tenga conocimientos de ornitología, en la página www.avesdehuesca.es hay unos documentos imprimibles en los que anotar el lugar y algunas condiciones en las que se ha producido el avistamiento, que después remitir al Grupo Ornitológico Oscense.